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Una joven caminaba a paso rápido en el bosque, ella amaba las caminatas en la naturaleza, sin embargo ésta vez fue diferente, sentía que una mirada penetrante y fría la estaba acechando, no sabía que era, pero definitivamente no un animal.
Para su mala suerte se estaba volviendo de noche, además de que la temperatura estaba bajando cada vez más. Argentina avistó a lo lejos una pequeña cabaña y no dudo en correr hasta ahí, rezando por dentro que estuviera abandonada o que la persona que viviera ahí no sea un asesino cómo en las películas de los 80's

Por fortuna no tardó en llegar, aunque su respiración era un poco agitada, se hizo una nota mental de no ser tan pajera y retomar el ejercicio. No esperó más y tocó la puerta, seguía ansiosa por el miedo que le causaba el ahora oscuro bosque.

La puerta no tardó mucho en abrirse, una chica con un curioso gorro de mapache fue quien la recibió con una extraña sonrisa y amabilidad

-¡Hello strange person!, soy Canadá y creo que necesitas ayuda amiga!- expreso con una gran y... ¿algo tétrica? sonrisa

-H-hola!, si creo que... me perdí en el bosque, nunca antes me había pasado... Pero sentí que algo o alguien me estaba persiguiendo...?- Argentina ni siquiera estaba segura de sus palabras, pero no era tan pelotuda de quedarse en un bosque en la  noche su corazón latía a mil por hora y las palabras salían entrecortadas de su boca

Argentina ignoró completamente el ambiente tan raro, no le daba tanta confianza ésta chica, pero, ¿que más podría hacer? No tenía más opción que pasar la noche en la cabaña de la rara chica

-De seguro habrá sido solo un animalito! Hay muchos por aquí, no hay de que temer-
la canadiense se movió a un costado para que la desconocida entrara a su cabaña. -¡Ven pasa cielo! Puedes enfermarte con el frío de afuera... o algo peor-

No dudo en pasar, inmediatamente se sentó en el sofá y miro la curiosa decoración rústica.
La argentina se sentía mucho más aliviada, aunque eso no significa que no vaya a bajar la guardia, no era tan pelotuda para confiar en una desconocida. Canadá la miro desde la puerta, la cerro y se sentó a su lado, su sonrisa seguía plasmada en su cara

-And... cuál es tu nombre? No veo a muchas personas por aquí, es una zona... solitaria. Me alegro mucho de poder por fin poder hablar con alguien- su tono de voz parecía tan amable y ese acento francés era tan hipnotizante

-Soy... Argentina, podes decirme Argie o arge- No estaba para nada segura de decir algo de información. En su mente solo recorría la pregunta de "¿Cómo mierda alguien puede ser tan amable con un desconocido? Cómo se nota que no es de Latinoamérica"

-¡Wow!, ¿eres de esos países de Latinoamérica? Al único que conozco es a Mexique, un gusto conocerte. ¿Te gustaría algo de comer o prefieres irte a descansar?, tengo una habitación extra para invitados- Sus ojos miraban de forma penetrante a la otra chica...

-¿Tenés té?, podríamos tomar mientras hablábamos un poco, pero entiendo si no querés, estás haciendo mucho por mí y eso que a penas me conoces-
Le sonrio de forma amistosa. Decidió confiar, no tenía nada que perder, de todos modos su vida era una mierda... según ella te

-No es molestia!, estoy encantada de ayudarte-
Fue hasta la cocina, que estaba al lado del living, la cabaña no era tan grande ni lujosa, pero si agradable

La latina no sabía que hacer, no quería ser chismosa, pero habían algunas cosas que le llamaban la atención, como el rifle en la pared ¿una persona que parecía tan dulce cómo Canadá podría ser una despiadada cazadora de animales? Aunque puede ser una opción, es algo normal si vivís en el bosque o eso pensó
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Minutos después apareció la de habla francesa con una bandeja y dos tazas de té. El olor a menta y jengibre inundaron las fosas nasales de ambas

-Fuaa que coincidencia! Amo el té de jengibre y menta, es mí favorito!- agarro la taza con cuidado, y de nuevo, inhaló el rico olor mentolado

Ah yes! Que gran coincidencia-
Canadá giro su cabeza para que su invitada no vea su expresión facial y solto pequeñas risitas nerviosas

¿Quien sabe cuánto tiempo estuvieron hablando? Para Canadá cada detalle de Argentina era tan interesante, podría pasar horas escuchandola, obviamente porque le encanta su acento..., no tenían tantas cosas en común, por ejemplo, a una le gustaba el heavy Metal y a la otra la música clásica. De todos modos terminaron logrando llevarse muy bien.

Todo lo bueno tiene su final, y ésto se terminó cuando la sudamericana bostezó dando a entender que ya no tenía energía para continuar entablando una conversación
Obviamente Canadá se dió cuenta de ésto e inmediatamente subió las escaleras y se adentro a la habitación de huespedes para armar la cama... ella quería hacer sentir cómoda a su invitada sin cagarla

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La única que durmió esa noche fue Argentina

¡Eres todo un sueño hecho realidad!🇦🇷🇨🇦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora