Día #1: Admirador secreto

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Últimamente, se había sentido extrañamente observado. Algo descabellado, considerado que él era el que siempre observaba. No tenía miedo en admitirlo, era un asesino, aunque su primera víctima haya sido accidental, debía admitir que la satisfacción de poseer poder sobre la vida de una persona, de sus últimos momentos, de las últimas imágenes que vería en este universo, era tan gratificante que llegaba a asustarlo.

Tweek siempre había sentido cuando era pequeño que no tenía control sobre su vida, que era un peón en un gran juego y que no podría decidir sus próximos movimientos. Pero ya no es ese niño, ya no es ese pequeño que contaba entre lágrimas a su peluche de dinosaurio todos los miedos que le impedían dormir por las noches, ahora era un adulto, uno increíblemente capaz de sobresalir. Nadie podía burlarse de él ahora, no sin arrepentirse segundos después por haber firmado su sentencia de muerte.

Cuando logró burlar a la policía de South Park y la atención de Mysterion, el idiota de Kenny que aún jugaba a ser superhéroe, creyó que se había librado de las consecuencias de su último crimen. Realmente no había querido hacerlo (en realidad sí), pero es que el idiota de Jason, quien en vida fue uno de sus amigos más cercanos, había descubierto la ropa ensangrentada en su casa y había empezado a hacer preguntas innecesarias.

Comparándolo con sus otras víctimas, fue relativamente fácil acabar con él. La confianza que este le tenía le había ahorrado todas las etapas que debía seguir por protocolo para arrancar la vida de alguien. Ya saben, el acercamiento, la seducción, etc. Ciertamente, le trajo algo de adrenalina ver cómo en los ojos de quien juraba su inocencia se perdía el brillo gracias a la decepción. ¡Qué gran asesinato fue aquel!

Pero en esta ocasión fue extremadamente cuidadoso, hasta ahora, nadie había encontrado el cuerpo del muchacho. Los policías clamaban por la ayuda de la gente del pueblo, Kenny salía cada noche para intentar resolver el caso y ni hablar de la población, estaba jodidamente asustada. Ahora, Tweek manejaba la vida de los demás. ¡Qué deleite!

Todo parecía perfecto hasta la llegada de una carta a su puerta. ¿Quién mandaba cartas al correo de otros? Si fuera su familia le habría llamado como siempre lo hacían, si fueran sus amigos le habrían mandado un mensaje a sus redes. Ni siquiera las compañías de servicios mandaban cartas de manera física. Con cuidado tomó el sobre y lo leyó antes de siquiera entrar a la casa.

"Lo que hiciste con el cuerpo fue una idea maravillosa. Vi lo que hiciste y no puedo hacer más que expresar mi admiración por tu trabajo. Siempre tuyo, C."

¿Qué carajos? ¿Acaso él no era el único loco del pueblo? Vaya, que ironía. Probablemente si se hubieran encontrado con aquel admirador secreto de niños no se hubiera sentido tan sólo. Lástima que la atención lo ofuscaba y sacaba lo peor de él, su paranoia. Al ingresar a su pequeño hogar cerró todas las cortinas, aseguró las ventanas y las puertas y se sentó en el sillón con un cuchillo.

Ese tal C. sabía quién era, su nombre, su dirección y sus crímenes, vaya a saber Dios que otros datos más conocería. No se pondría en riesgo, debía quedarse en casa un tiempo. Llamó a su trabajo para decir que estaba enfermo, les dijo a sus amigos que ni lo llamen porque estaba atravesando unos problemas y a sus padres les mintió con la excusa de un viaje de negocios.

Para todos, él no estaría disponible, ni siquiera estaría en el pueblo. Agarró la carta y la estudió cuidadosamente, esa letra no la había visto nunca y él era muy minucioso para memorizar la caligrafía de los demás. La letra era redonda, pero no tan perfecta como la de Tolkien; algo desigual, pero no como la de Clyde y Jimmy jamás escribiría una carta.

Obviamente, no podía conocer la forma de escritura de todo el pueblo, pero la sensación de incomodidad que generaba el contenido de la misiva alteraba su sistema. ¡¿Alguien lo admiraba por ser un maldito asesino?! ¡Qué locura!

Las semanas fueron pasando, y lo que creyó que fue un incidente fortuito, siguió ocurriendo. Más cartas atravesaban su puerta y cuando el corría a ver quién las dejaba no había nadie afuera, era como si un fantasma las dejara para después desaparecer. Pero, estas se destacaban siempre por un detalle, C. siempre alegaba admirarlo con toda la fuerza de su corazón.

Un día decidió responder, dejó una pequeña nota entre sus arbustos, quería saber cuan cerca estaba el otro. Si descubría su mensaje, no sólo seguía sus pasos, sino que lo observaba, era su stalker. ¿Estaba bien sentirse un poco emocionado por eso? Bien dice el refrán, Dios los hace, pero el diablo los junta. Tal vez el universo había creado otra alma escalofriante para acompañar la frialdad de sus acciones.

No esperó mucho, en la noche ya tenía respuesta a su nota: "¡Gracias por responderme! Dios, siento que estoy delirando. ¿Te gustan las cartas? ¿Te molesta que las continúe enviando? ¿Cómo estás? Perdón si son varias preguntas, sólo quiero saber de ti. Siempre tuyo, C."

¿Con qué clase de maniaco se había juntado? Una risa escapó de sus labios. ¿Cuándo había sido la últimas vez que alguien le había preguntado desinteresadamente cómo estaba? Así, entre notitas transcurrieron las semanas, después se transformaron en regalos, una rosa, una navaja, un collar y el esqueleto de un pajarito perfectamente armado. ¡Que detalle para un asesino!

Esa noche era diferente, Tweek esperó la nota de su admirador secreto, la leyó y la guardó en el bolsillo cerca de su pecho. Hoy tenía una nueva víctima. Cuando llegó al callejón sólo observó la figura de un joven de su edad fumando un cigarrillo en medio del frío de Colorado. El muchacho con ojos color ámbar sonrió al notar su presencia y corrió a abrazarlo.

Tweek sonrió mientras sacaba la navaja y la enterraba en el pecho del contrario. Si hubieran visto la sonrisa de la víctima, dirían que esto no fue un asesinato, sino un poema entre dos almas trastornadas que no sabían cómo amar.

- Gracias.- Mencionó el joven en murmuros quebrados.- Siempre seré tuyo, Tweek Tweak.

- Fuiste mi víctima más hermosa.- Completó el asesino mientras se alejaba para ver el rostro del azabache.- Siempre seré tuyo, Craig Tucker.

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¡Hola! Adoro Halloween y mucho más el terror y el misterio. Como dije en la descripción intentaré que todos los caps tengan este tinte macabro. ¡Qué emoción!

Spooky Season (#CREEKTOBER2023)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora