ÚNICA PARTE

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Edson estaba de infraganti robándose las ofrendas cuál muerto de hambre. No podían culparlo, era día de muertos y el pan de muerto era delicioso.

En su casa sus padres no solían hacer ofrendas y aunque no hubiera ofrendas, no quería ir con ellos después de que lo habían corrido de la casa por haber salido del closet.

Ir a ahí no era una opción de ninguna manera, además, los panes que había sacado de esas ofrendas serían suficientes en lo que volvía con Diego de la casa de sus padres.

Diego siempre insistía en que fuera con él pero ese no era su lugar por lo que buscaba esconderse y evitar el hogar de los Messi Ochoa.

Aunque claro, el universo no conspiraba a su favor y por supuesto que Diego lo encontró tragandose panes de muerto y champurrado como si no hubiera un mañana.

— ¡No mames Edson! No te estés comiendo las ofrendas de los muertos cabron, ten tantito respeto hijo de la chingada — Ah, Diego y su forma sutil de decirle que deje de tragar cuál marrano y que los muertos lo madrearian por robarse sus cosas.

— Tampoco me estoy chingado todo, sabes que en mi casa nunca hay nada de esto — Respondió caminando hasta uno de los viejos árboles que habían por ahí.

La familia de Edson era bastante disfuncional, una madre y un padre que peleaban por todo y no celebraban nada. No había nada allí y tampoco le importaba, para sus viejos él no era nadie importante.

Dejó caer su cabeza en el árbol soltando un suspiro, tanta caminada lo había dejado agotado.

Únicamente abrió sus ojos cuando sintió a Diego recargar su cabeza en su hombro izquierdo. Una de sus manos fue hasta los rizos de su novio para jugar con estos, le gustaban demasiado. Diego dejó un beso en su hombro antes de levantar sus ojos para mostrarle una mirada de cachorro, la que usualmente hacía para conseguir algo que quería.

— Mi papá Memo nos está esperando en mi casa, hizo mucha comida para toda la familia — Comentó el menor de los dos jugando con la mano libre de Edson. Quería que Edson estuviera con ellos, al final del día era su novio, ya era familia.

— Sabes que no tengo nada que hacer ahí, mi factor — Un beso llegó a la cabeza del más bajito — Tu papá Messi me odia porque me robé a su pequeño hijo, ¿Recuerdas cuando me correteo a escobazos la primera vez que nos vio darnos un beso?

Una carcajada salió desde lo más profundo de Diego.

Nunca podría olvidar a su papá Messi saliendo de la casa con una escoba para espantar a Edson, ahorita ambos se cagaban de risa, pero en ese momento estaban muertos de miedo. Aunque su papá Memo había intercedido para que Messi dejara en paz a los enamorados, dejándolos entrar a la casa y teniendo "la charla" y advirtiendoles que no fueran pendejos.

— Jamás olvidaría ese día, a mi también me alcanzaron los escobazos. Recuerdo esa vez en la que mi papá Memo nos cachó sacando los tamales de la olla justito antes de que los pusiera en el altar — Ese día tenían un chingo de hambre y no pensaron en que fueran fácilmente descubiertos, tuvieron la regañada de sus vidas antes de que les dieran un par de tamales para que dejarán de meter la mano en los que irían como ofrenda.

— O aquella vez te llevé mariachi — Edson había ahorrado una parte de su sueldo de miedo tiempo para pagarle a un mariachi del lugar para darle una linda sorpresa a Diego.

— Esa vez si te mamaste, eran las pinches dos de la mañana y teníamos clases a las 8 — Tanto su casa como las de los vecinos encendieron la luz para ver un Edson todo pendejo y borracho llevándole un grupo de mariachis que al final se fueron correteados por Messi que les arrojo agua desde el segundo piso seguido de varios insultos, incluso recuerda que le arrojó una de las macetas de su papá Memo.

OFRENDAS [EDSON ALVAREZ X DIEGO LAINEZ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora