Capítulo 2: Nox Octobribus XXX "

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La gente tuvo el mismo comportamiento de siempre, sin tomarle importancia. Las personas del pueblo eran envidiosas y cizañosas, y comenzaron a odiarlo por prácticamente todo, lo odiaban por trabajar con gente adinerada, por su forma de vestir y de hablar. Por la comida que consumía, que sí era de calidad o no e infinidad de cosas más irrelevantes. Yo no le guardaba rencor por esas cosas tan insignificantes, a mí la verdad me importaba mucho menos que a esos imbéciles que para lo unico que sirven es para criticar a los demas.

 Para fines de cada año hay una fiesta pagana a nivel mundial que la gente no conoce, pero se da mucha brujería y ritos demoníacos, coincide que hay una aumento muy notorio en los casos de posesión demoníaca alrededor de la noche del 31 de octubre, incluso por años en muchas parroquias de la señora del Rosario que celebran el 7 de octubre hasta pasada la noche del 31, terminando con la celebración de San Alonso para contrarrestar las fuerzas malignas, en otras parroquias se hace solo una misa el mismo 31 de octubre que puede incluso durar toda la noche.

La mejor estrategia del diablo es hacerte creer que no es real, que no existe, pero solo está esperando.

Eran ya las 12:30 de la noche, mi madre era creyente más no fanática, siempre les he guardado rencor a los fanáticos religiosos. Mi mamá se había dejado su bolso en uno de los bancos de la iglesia, le ofrecí ir a por él, pero me dijo exactamente 3 veces que no, me iba a abstener, pero recordé que había dejado dinero mal enrollado ahí dentro, le comente que tenía que ir si o sí. A la segunda vez me dijo:

-No vayas, mira la hora que es, es peligroso.

Le dije que me costó mucho conseguirlo, ya que duré 3 semanas aguantándome los gritos del idiota de mi jefe. A la tercera vez me dijo:

-Es 30 de octubre, no sabes qué estarán haciendo, y más si es una iglesia.

Yo a carcajadas le dije que eso no era cierto, solo lo dicen para meterle miedo a la gente. Me fui sin más nada que escuchar ni decir. Al llegar a la iglesia las luces de afuera estaban apagadas, me pareció muy raro debido a que siempre está abierta todos los 30 esperando a los 31.

En la entrada se escuchaban los gritos y risas de un hombre adulto, pero con la voz más grave de lo normal. Yo sabía que en el templo había un tipo de biblioteca donde guardan todas las biblias de "todo el mundo" y todo tipo de oraciones. Encontré el bolso, pero no pude evitar acercarme a aquella puerta.

Era el esposo de mi vecina que estaba siendo empujado contra el piso por algo invisible, parecía que tenía a alguien encima de la espalda, la cara azotaba contra el suelo de la fuerza con la que era empujada. Lo levantaron, me quede pasmada, sin decir ni una palabra, soltó una carcajada con una voz mucho más grave, viéndome fijamente, al darme cuenta mis ojos se pusieron llorosos y mi corazón latía a un ritmo más alto y no me podía mover.

Los ministros se dieron cuenta de que estaba ahí, me sacaron y me encerraron en un cuarto durante unos 40 min. Llego el sacerdote y casi a súplicas me pedía que no contara nada de lo que vi. A mí sinceramente me dio lo mismo si decirle o no a la gente de igual forma no me creerían.

Al llegar, mi madre me vio con disgusto e irritación, le aseguré que conservaba la razón con respecto a la iglesia y aproveché la oportunidad de contarle mi experiencia. Me dijo que no le asombraba porque también tuvo la oportunidad de apreciar lo mismo que yo.


El SubsistirWhere stories live. Discover now