Capítulo 15

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Durante el día quince no pasaron demasiadas cosas verdaderamente importantes.

Sí, aquel fue un día más de vida para nosotras y vivir un día más siempre es importante, pero creo que solo hay un par de cosas significativas para contar además de eso.

Recuerdo que lo primero que sentí al comenzar fue mi mente despejarse de algún tipo de presión que se hacía cada vez más grande en mi estómago.

Me encantaba como se sentía aquello, y como estaba en ese momento entre fantasía y realidad que se tiene luego de una larga noche, pensé que solo estaba soñando.

Deseé no despertar.

Pero la sensación de algo húmedo recorriendo mi parte más sensible lentamente me hizo abrir los ojos y dejar escapar un pequeño quejido.

Lo primero que noté fue que Jeongyeon no estaba a mi lado, y lo segundo fue la forma en la cual las sábanas que habían abrigado mi cuerpo durante la noche se alzaban debajo de mí.

— ¿Jeongyeon? —Recuerdo haber preguntado con voz temblorosa mientras lanzaba las sábanas a un lado.

Hacía demasiado calor como para seguir con ellas encima.

— ¿Qué... qué haces? —balbuceé en cuando la vi, tal y como esperaba, con la cabeza entre mis piernas.

Jeongyeon se alejó un poco de mi mordiendo su labio sensualmente, lo cual fue suficiente como para que el calor en todo mi cuerpo aumentará.

— Te doy un regalo de bodas —Me contestó con un guiño antes de volver a hacer su trabajo.

Y ya no se escucharon más palabras en nuestra habitación, sino gemidos.

Creo que lo que más amaba de este tipo de momentos junto a ella no era solo el placer que me brindaba, sino el escuchar cada poco tiempo cuando me amaba... Y no solo escucharlo, sino sentirlo.

Y sí que lo sentía...

Lo siguiente que voy a contar es que luego de vestirnos decidimos salir a desayunar, pues nuestros estómagos rugían.

... Y claro, la actividad física del día anterior y de esa mañana tenían mucho que ver con eso.

Lo primero que encontramos al salir fue a Momo y Mina haciéndose cosquillas en el suelo. Estaban riendo como locas mientras Momo soltaba varios improperios, y no pude evitar sonreír al verlas.

Se veían tan felices y llenas de vida.

No parecían estar muriendo.

— ¡Basta, Mitang! —Gritaba Momo mientras las manos de nuestra amiga seguían haciéndola reír— ¡Basta!

Pero Mina no se detuvo, así que con cuidado Jeongyeon y yo nos sentamos en un sofá para verlas divertirse.

Fue entonces cuando Mina notó nuestra presencia y se alejó de Momo con una sonrisa.

Corrió a abrazarnos y nos besó las mejillas, como agradeciendo que siguiéramos vivas.

Momo hizo lo mismo unos minutos después.

— Pensamos que estaban demasiado ocupadas teniendo sexo como para salir a desayunar —Nos comentó Momo divertidamente antes de sentarse al lado de Mina y justo frente a nosotras.

Como siempre, el sofá donde Jihyo había muerto seguía vacío.

— ¿Qué estaban haciendo hace quince minutos? —Preguntó Momo al elevar una de sus cejas— Esos no sonaban como gemidos. En realidad, era como escuchar a un par de leones rugiendo...

Virus Letal - 2yeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora