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Para ella :
Solo para ella :

Yo abrazaba la dulzura, la pureza; un universo entero. Realmente, ella era parte de una estrella.
Mi Ángel, tan blanca como la nieve, sublime e infinita como la galaxia dentro de tus ojos.
No hay más, eres todo lo que veo, la razón por la que aún respiro. Te convertiste en mi Saturno y yo en tus anillos.
Compararte con el sol existiendo un universo es ridículo.
El ser humano creó cosas increíbles, mi favorito es el arte, ¿sabes por qué?
Parece que siempre están tristes o tal vez es la oscuridad de mi alma que no me deja ver sus colores y felicidad.
Una belleza que no se puede explicar, los lienzos, las melodías de sus canciones, las frases que nacen de sus mentes parecen pensadas para ti.
Como si alabaran tu existencia en cada creación.
Aun cierro mis ojos y duele como una daga filosa en mi corazón. Tu sonrisa no se desvanece con el tiempo, ¿acaso el fin acabó con su creación más perfecta?
¿Por qué no te encuentro? ¿Por qué ya no siento tu aroma? ¡Explícame, por favor! Si tanto te busco, ¿por qué no , por qué no estás aquí ?!.
¿Qué esperas para renacer de las cenizas como un fénix?
He consumido millones de almas, pero ninguna tan real como la tuya.
Te amo tanto, lo suficiente como para desearte en mis venas, inyectada como droga, como magia, como sangre.
Como el inicio de mi creación.
¿Has visto arder alguna vez un papel? Supongo que sí.

Mientras se consume lentamente, las cenizas tratan de quedarse en su lugar, pero se dispersan, mientras que la otra parte arde y sigue por el mismo camino. Eso es en lo que convertí mi mundo, miles de papeles quemándose, incluyendo cartas y fotos tuyas, todo lo que dejaste para torturarme. Empecé a temer al frío, no solo por la estación en la que te perdí, maldita sensación que recorría mi cuerpo cada vez que me sentía completamente sola.

Quería mantener el calor que tus besos o abrazos me regalaban. Pero tu llama era lenta aunque constante, la mía era fuerte y perpetua, como la culpa que me acompañaba. Mis lágrimas dejaron de ser gotas cristalinas para convertirse en un magma intenso, creando ríos de vapor. Con mis miedos creé nubes oscuras para no volver a ver la luz del sol. Juré no tocar a nadie más en tu ausencia, no de la misma manera. Mis manos ya no eran suaves, mi tacto ya no era cuidadoso. Se volvieron igual que lo que quedaba de mi corazón, frías y toscas. Mi cuerpo tomó la apariencia de mi alma. Ya no estaban tus ojos azules para reflejarme, ya creía en esa frase de "no existe la perfección" después de que te fuiste.

La teoría de Lucifer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora