Capítulo 3: Un Crimen en el Reino Miranda

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    Juliana empezaba a enloquecer con los celos, su mente no pensaba en total claridad había perdido la cordura. No obstante; jamás dejaría a su amado príncipe. Estaba dispuesta a perdonarle todo; pero no es que él la engañara por lastimar el corazón de la princesa que realmente amaba, no tenía voluntad propia para pensar en quién realmente le gustaba. Aunque Alejandro era un tanto arrogante con su dulce y loca princesa Juliana en el fondo sentía una fuerte atracción por ella.

Y es que en ningún momento se le cruzó la idea de que él estaba bajo un poderoso hechizo que acabaría una vez que terminara con la vida de Lorena.

Nuevamente esa molesta mujer apareció en el castillo de su príncipe; la siguió con mucha cautela hasta lograr encerrarla en unas de las habitaciones del gran reino; luego de acorralarla a pesar que la mujer recitaba cosas buscando liberarse con su magia le fue imposible.

Decían que una mujer celosa era muy peligrosa; y Juliana estaba muy mal de la cabeza desde que experimentó ese rechazo de su amado, tras sacar esa cierra eléctrica parecida a la de un Dios de la muerte; fue entonces que logró atacarla con aquella herramienta mientras la sangre se salpicaba en todo su rostro, formando todo una especie de río, el aparato desmembró cada parte del cuerpo de aquella mujer que gritaba pidiendo auxilio, gritos exasperantes que alertaron a todo el Reino, su mirada estaba tan descontrolada, incluso apoderada por los celos que la invadieron.

El primero en visualizar esa escena del crimen fue su amado príncipe que al ya no estar bajo el encanto de esa mujer; corrió hacia donde su amada Juliana para abrazarla por la cintura y preguntarle si se encontraba bien, todo angustiado como pudo consiguió sacarla del reino por un pasadizo secreto, jamás traicionaría a su amada Juli quería salvarla, toda si vida estuvo enamorado de ella en secreto, cada una de sus canciones escritas fueron inspiradas en ese amor que creía que jamás tendría, si bien la loca Lorena intentó separarlos, al final el amor real triunfaba.


Ese día escaparon juntos. Una sonrisa loca escapó de los labios de Juliana, estaba tan feliz pero confundida a la vez, en esos momentos él ya no la rechazaba, todo parecía producto de un mal sueño, por amor había matado, por amor llegó a tal extremo; finalmente podrían vivir su amor seguían comprometidos después de todo aunque en un principio el príncipe no estuviera contento con ese matrimonio forzado con el compás del tiempo se sentía atraído por esa voz tan única que lo enamoró, ese rostro tan hermoso,  tallado por los mismos Dioses.

Quizás su prometida estaba algo loca además actualmente era considerada una asesina; una prófuga pero tenía sus razones para no dejar viva a esa mujer que buscaba quitarle al amor de su vida; para la princesa Juliana ese amor no correspondido, ese amor que creía imposible actualmente estaba naciendo entre ambos, estaba siendo amada y correspondida.

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