Capítulo 4: Enamorado de Vos

33 2 0
                                    

Parecía todo tan irreal, Juliana seguía sin poder creerse que su príncipe la amaba; en un momento llegó a creer que todo era un simple sueño.

En realidad Ale escondía un castillo secreto en la ciudad de Montevideo; escondido en la profundidad del bosque infinito, ahora por fin podrían vivir libremente ese amor destinado, quién se interponía en su romance ya no era parte del planeta tierra, entraron a una habitación grande, después de tomar un relajante baño juntos; dónde tuvieron una noche cargada de placer, entre besos y caricias, dónde perdieron su pureza ambos jóvenes de la alteza, unieron sus cuerpos en una apasionante danza; Juli mordió los labios de su amado Ale con cierta fiereza, el joven de cabellos negros correspondió encantado a ese acto mientras paseaba seductoramente sus manos por el cuerpo de su amada Diosa Venus; así consideraba a su princesa Juliana, la llenaba de halagos, en pleno acto le dijo cuánto la amaba, sus cuerpos sudorosos estaban perdidos en la pasión de aquel acto de amor.

Esa primera vez, fue tan especial, tan perfecta; el jacuzzi dónde estaban en ese momento tenía variedad pétalos de rosas en el centro habían velas perfumadas, sin duda fue una noche inolvidable para ambos. Simplemente querían olvidar el pasado, querían amarse locamente cada día; su amor no tenía límites, cuando salieron del baño juntos; después de unos minutos fueron a la cama y se acostaron juntos luego de secar sus cuerpos, se abrazaron para así mantenerse abrigados.

No obstante; Juliana no lograba conciliar de todo el sueño, Ale mantuvo palabras cálidas para su amada, como era un genio escondido de la música empezó a cantarle que estaba muy enamorado de ella; tenía una voz hipnotizadora pero Juli también poseía una voz que parecía de otro mundo; tenía facilidad para aprenderse canciones, la felicidad invadía su corazón; finalmente ambos enamorados lograron quedarse dormidos, jurándose amor eterno.


El amor que se tenían era puro, sin límites; no se escondían nada, se decían todo; en ocasiones tenían sus peleas pero de una manera cómica, su conexión era tan única y especial que no era necesario armar batallas sin sentido. Ale hacia todo lo que su Juli le pidiera; aunque esa noche él tuvo una pesadilla horrible o quizás era una realidad.. después de todo Juli ya había asesinado a alguien con sus propias manos; todo lucía tan realista, tal vez lo era.


El joven pelinegro estaba asomado en su balcón como era su habitual costumbre, ante si rechazo hacia Juliana su hermosa princesa había enloquecido y empezó a perseguirlo con su motosierra conocida también como guadaña de la muerte; se infiltró en su habitación con una mirada desorbitada; estaba completamente loca diciéndole.

-Si no eres completamente mío, no sos de nadie más mi querido príncipe.

Esa cara de una psicópata que inspiraba terror. En Ale llegó a inspirar un amor pero a la vez un miedo horrible a morir, quería vivir mientras comenzaba a correr; sin tener escapatoria alguna fue atrapado en el bosque por su amada que empezó a desmEmbr@r cada parte de su cuerpo con aquella guadaña, la sangre salpicó por todos lados; incluso el rostro de su amada Juli con esa sonrisa llena de satisfacción tras cometer su crimen, esa mirada de placer en la dulce princesa no desaparecía.


Siendo así que Juliana se acercó sin miedo alguno; a tomar el cadáver cubierto de sangre sin vida entre sus brazos, una canción compuesta por su príncipe empezó a sonar y así danzaron juntos en medio de aquella escena inundada por un rió de sangre.

Reino De MirandaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora