CAPÍTULO DOS

14 1 0
                                    

Mientras estaba absorta en los posibles futuros escenarios, noté un  ligero toque en el hombro que me hizo volver al mundo real.

Abby, que esta pasando? -Dijo Nat  con una evidente cara de preocupación.

Y Mateo? -Pregunté sin ganas.

Esta de camino, ya sabes como es este hombre, siempre llegando tarde. -Bromeó ella

Siempre ha sido así -Contesté y seguidamente  encendí un cigarro para calmarme mientras no llegaba Mateo.

Mientras terminaba de fumar Nat entró a pedir un refresco y una cerveza. Dos minutos después llegaba Mateo bastante apurado.

Mis niñas, lo siento mucho, no pude llegar antes. -Dijo bastante sofocado sentándose entre nosotras y dándole un largo trago a su cerveza.

Que pasó? Porque tanta urgencia? -Dijeron a unísono.

Suspiré antes de ser capaz de contarles toda la historia a mis dos mejores amigos.

Siempre pensé, que papá bromeaba. Que no sería capaz de hacerme algo así. Yo no puedo hacerle esto a Boston, es a él al que quiero. -Dije  esto último suspirando.

Y que piensas hacer cariño? -Me miró con mucha curiosidad Mateo.

Esa es la razón por la que quería reuniros aquí, tengo un plan, pero no quiero hacerlo sin vosotros. -Intente sonreír pero se pareció mas a una mueca.

Desde hacía años me había sentido acorralada dado que mi padre siempre tenía la última palabra sobre toda decisión de mi vida. Por lo que secretamente había estado trabajando en pequeñas cafeterías y tiendas,  ahorrando y guardando el dinero en una cuenta secreta para que no me descubriese nadie. A lo largo de estos cuatro años , había conseguido juntar el dinero suficiente para poner en marcha mi plan.

En primer momento, ilusa de mi, incluso llegué a pensar que si hablaba con mi padre podría hacerlo cambiar de opinión y que por fin me dejase elegir el rumbo que quería que tomase mi vida.
Pero esa idea desapareció  pocos meses después, cuando me amenazó con arruinarle la vida a mis mejores amigos, solo porque me negué  a salir con el hijo de los dueños de una de las empresas millonarias con la que quería hacer una fusión y usarme a mi de moneda de cambio.
Ese mismo día, llegué a la clara conclusión de que debía llevar esto de la manera más drástica posible.

Quiero que nos vayamos a vivir y trabajar fuera de aquí chicos, cortar todos los lazos con mi familia, desparecer. -Dije muy seria.

Mateo y Nat me miraron sorprendidos.

Que es lo que tienes en mente Abby? -Preguntó Mateo con asombró tras mi respuesta.

Recordáis el dinero que he estado ahorrando?
Pues podríamos utilizarlo para establecernos en algún lugar lejos de aquí, montar un negocio y empezar a vivir nuestro sueño sin miedo a lo que mi padre pueda hacer.
No se si estaréis de acuerdo conmigo, pero aquí no os retiene nadie, y a mi solo me quedáis vosotros, sois mi familia, los únicos que siempre habéis estado a mi lado y velado por mi bienestar.
No quiero hacer esto sin mis mejores amigos, pero tampoco puedo seguir escuchando a mi padre y terminar viviendo bajo su total control, me niego rotundamente a casarme con alguien que no amo solo por el capricho de mi padre. -Tome una bocanada de aire tras mi discurso.

Nat y Mateo me miraban fijamente, no era capaz de leer lo que estaban pensando.
¿Me dirán que se quieren venir conmigo o me tendré que ir yo sola?

El miedo a su negativa seguía aumentando cada vez mas, ninguno de los dos decía ni una sola palabra. Justo cuando iba a volver a preguntarles, Mateo habló.

De verdad nos estas preguntando esto? -Dijo algo molesto.

¿Dónde está Abby? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora