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12 de septiembre de 1992

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12 de septiembre de 1992

Q

UERIDO BENDITO DIARIO

UFF, CREO QUE AUN NO ASIMILÓ LO QUE ACABA DE PASAR.

ES QUE NO LO VAS A CRÉER.

Está bien, voy a calmarme un poco por mi propio bien, pero que conste que mi corazón sigue latiendo como un loco.

Después del castigo con Snape y de mi gran picada social. Sin muchos ánimos fui hacia el gran comedor para calmar todo con la comida. Pero mientras iba por las mazmorras hacia las escaleras grandes. Escuché un par de chicas burlándose de mi sobre lo que había pasado con Snape está mañana. Estoy segura que se trataba de la chica Anna de Slytherin, una de las nuevas amigas de Amelia. Quise tratar de evitarla pero al poco rato entraron las dos al comedor. Supongo que ella también se habría reído de su chiste.

—Es que mírenla, está tan grande que ni siquiera puede moverse de lado a lado entre los pasillos —eso fue lo que dijo Anna, automáticamente todas las otras chicas lanzaron una carcajada.

Eso me dolió.

Así que para evitar miradas incómodas y de burla. Mejor me fui de ahí, sin comer. ¡Ya lo sé! Pero te aseguro que fue la mejor decisión.

Entonces pensé ¿Por qué no mejor voy a las cocinas? Hagas lo que hagas, los Elfos preparan comida todo el día. Así que me alegre un poco más cuando llegue ahí, escuchando un par de Elfinas platicar sobre que hechizo saca más rápido el zumo de uva de la ropa. Hasta hace poco me había enterado que ellas lavaban nuestra ropa. 

Jamás lo habría imaginado.

Mientras tanto tome los postres. Tarta de mora azul, fresas con crema deslactosada y mouse de Limón. Creo que ese último postre era propiedad del Director Dumbledore... cómo sea, los Elfos pueden hacer otro. También agarre bizcochos.

Y entonces paso.

Lo que nunca creí que me pasaría. Es decir, todo ese cuento de las miradas y los accidentes en las historias de amor Muggle siempre me pareció basura. Amelia se la pasaba fantaseando con eso también. En cambio yo, que no creía en esas cosas pura y simplemente porque sabía de antemano que no me sucedería.

Porque esas cosas no le pasan a gente como yo. No soy la protagonista de ningún libro, no soy valiente, no pícara, ni hermosa y ni siquiera carismática. Además mi físico...

Pero entonces, ahí estaba yo. Saliendo de las cocinas a través del retrato de las frutas con las manos atiborradas de bizcochos. Iba contando cada uno mientras mi mente reprodujo una canción de vampiros Cardinales.

Y luego ¡Pum!

Había chocado con alguien por segunda vez consecutiva en el día. Si era un maestro, peor, si era de nuevo Snape estaba muerta. 

𝙈𝙔 𝙈𝘼𝘿 𝙁𝘼𝙏 𝘿𝙄𝘼𝙍𝙔 ➻ Cedric DiggoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora