Capítulo III. Sombras en el Horizonte

1 0 0
                                    

El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, tejiendo un manto de penumbras sobre la ciudad en ruinas. Rally, Amara, Nilo y Malik continuaban su avance, vigilantes ante cualquier señal de peligro. Cada paso los llevaba más profundo en el territorio enemigo, mientras las sombras de la oscuridad parecían multiplicarse a su alrededor.

El equipo se adentró en un distrito industrial abandonado, donde montañas de chatarra y maquinaria oxidada se erguían como testigos silenciosos del mundo que alguna vez fue próspero. El viento soplaba, haciendo resonar un inquietante eco a través de los corredores de acero y metal retorcido.

De repente, una figura emergió de entre las sombras. Era Seraphina D'Arcy, una enigmática mujer de mirada penetrante y sonrisa maliciosa. Su presencia provocó un escalofrío en el aire, y los héroes se colocaron en posición de combate.

Rally apretó el mango de su espada, sus ojos fijos en Seraphina. «¿Quién eres tú y qué quieres?»

Seraphina soltó una risa suave y melódica. «Oh, querido Rally, qué honor es encontrarte en persona. He oído hablar de tus proezas y de tu valentía. Me llamo Seraphina D'Arcy, y estoy aquí para ofrecerte una oportunidad. ¿Te gustaría conocer el verdadero poder de la piedra de zafiro que cargas contigo?»

La mención de la piedra de zafiro despertó la curiosidad de Rally. «¿Qué sabes tú del poder de esta piedra? Habla, pero sé cautelosa, tus intenciones no me convencen».

Seraphina se acercó lentamente, sus ojos brillando con un destello de malicia. «La piedra de zafiro que portas tiene un vínculo ancestral con el Dios Horus, pero su verdadero potencial aún no ha sido desatado. Conozco el camino para liberar su poder y desvelar su propósito. Pero debes seguirme, confiar en mí».

Amara entrecerró los ojos, desconfiada. «No sé quién eres realmente, Seraphina, pero no confiaremos ciegamente en ti. Si realmente tienes información valiosa, demuéstralo».

Seraphina soltó una risa intrigante y extendió su mano, revelando una piedra distinta a la de Rally , Una Piedra de Amatista con el símbolo de una luna crecientede y con una luz resplandeciente. «Esto es solo una muestra de lo que puedo ofrecerles. Un destello de la antigua magia egipcia que todavía vive en este mundo. Si desean desentrañar los misterios que rodean al Dios Horus y proteger a los Arkhan, deben seguirme».

Rally miró a sus compañeros y vio la indecisión en sus ojos. Sabía que tomar esa decisión implicaba un riesgo, pero también una oportunidad. «Está bien, Seraphina, te seguiremos por ahora. Pero recuerda, cualquier traición o engaño no quedará impune».

Seraphina asintió con una sonrisa enigmática. «La traición no está en mi naturaleza, Rally. Juntos, desvelaremos los secretos ocultos y enfrentaremos a los enemigos que amenazan nuestro mundo. Ahora, sigamos adelante hacia el horizonte y descubramos el destino que nos aguarda».

Con Seraphina liderando el camino, el grupo se adentró aún más en la ciudad en ruinas. Mientras avanzaban, las sombras se espesaban y los susurros del viento parecían llevar consigo advertencias ocultas. Los héroes se mantenían alerta, conscientes de que cada paso los acercaba más a la verdad, pero también a los peligros que acechaban en las tinieblas.

El camino que habían elegido era incierto y plagado de desafíos. No sabían qué secretos y revelaciones los esperaban en el horizonte, pero con cada paso, su determinación se fortalecía. Unidos en su búsqueda por la justicia y la libertad de los Arkhan, Rally, Amara, Nilo y Malik avanzaban valientemente, dispuestos a enfrentar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.

El Legado de RallyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora