Capítulo 1 - La carta

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La Carta

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La Carta

La joven Isabella estaba revisando las cajas que su bisabuela Giuliana había dejado en el sótano de la casa, que ahora iban a ser trasladadas para hacer sitio a las nuevas cajas familiares. Allí encontró una caja con algunos documentos y una carta dirigida al señor Lorenzo Salvattore, era una carta de su abuela Clara DeMarco, Isabella sintió curiosidad y leyó el contenido de la carta.

"Mi amado Lorenzo, siento que nuestro amor está en peligro, nuestras familias se pelean por tierras y mucho más, no entiendo esta lucha, y ahora luchan por separarnos. Mañana cuando reciba esta carta, ya estaré en viaje, me iré a casa de mi tía Lucía en Toscana, está en un viñedo cerca de la ciudad, cuando puedas reunirte conmigo te estaré esperando, pero antes de irme quiero que sepas que me llevo el fruto de nuestro amor, llevo a tu hijo en mi vientre. Lorenzo, te ruego que no te pelees con tu familia más yo lo haré con la mía. Con amor, tu Clara".

Isabella se alegró de saber que su padre tenía padre, y que a su abuela se la habían quitado para vivir ese amor, pero lo que no sabía pero descubriría era que las familias eran más que enemigas, eran tradicionales, adineradas y también influyentes en varios asuntos desde tierras hasta política, había sido una rivalidad por años, incluso antes de sus abuelos, pero eso podría terminar con su reacción después de leer la carta.

Isabella leyó y releyó la carta que había escrito su abuela y, aunque sabía que se llevaría una tremenda reprimenda de su padre y del resto de la familia, lo hizo. Tras enterarse de que era un influyente propietario de viñedos y de que aún vivía, Isa decidió enviar la carta de su abuela, una carta de hacía 30 años que nunca llegó a su destinatario. Semanas después de enviar la carta, Isa preguntó a Clara por su familia, por su abuelo y su familia.

Clara: Mi Isa está haciendo muchas preguntas hoy, ¿por qué quiere saber tanto de todo? - miró a su nieta con una sonrisa, sabiendo que la pequeña quería saber más sobre lo que preguntaba.

Isa: Nada abuela, y mi padre no habla mucho del abuelo y tú tan poco, ¿dónde vive, es porque no estáis juntos? Lo quiere todavía o quería a mi abuelo?

Clara: Lo amo aún , lo quiero, pero nunca fue posible, tu padre fue fruto de mi amor, pero hoy estamos más que separados. - habló con pena en los ojos y en el corazón, se levantó y salió de la habitación, le entristecían las preguntas de su nieta, su pasado venía como una avalancha y le dolía el corazón por todo lo que había vivido en el pasado, había dejado sola a Isa.

Isa vio salir a su abuela, Clara se dirigió al balcón, era su lugar favorito, Isabella estaba sentada cuando sonó la puerta, fue a ver quien era.

Lorenzo: Clara, mi Clara. - dijo admirado de la joven que le abrió la puerta, pero miraba a Isabella, que se parecía más que a su abuela, era su clon como decían.

Isa: No, no soy tu Clara, ella és mi abuela, soy Isabella DeMarco, su nieta, de hecho su única nieta. Y creo que también soy su nieta, señor Lorenzo, ya que usted es el padre de mi papá. - la miró feliz y sonrió.

Isabella sabía que sería más que un reencuentro, sería el reencuentro de un amor que nunca terminó, el reencuentro de un pasado inacabado, interrumpido y encontró una familia que necesitaba ser feliz.

Lorenzo: Mi nieta, guapa como su abuela de joven, y creo que la carta que recibí hace unos días, humm... -sonrió y supuso que ella era la responsable de enviarla. - ¿Tuviste algo que ver? - dijo con una sonrisa encantadora, la joven dijo que sí y él le dio un fuerte abrazo, que ella devolvió con cariño. - ¿Dónde está Clara, podrías hablar con ella?

Isa: ¡Sí, abuelo! Ven, te llevaré donde está ella. - dijo sonriendo y cogiendo a Lorenzo de la mano. - Está fuera, en el jardín -le cogió de la mano y le llevó a la parte trasera de la casa, donde estaba Clara.

Lorenzo la miró y sonrió, seguía siendo su Clara, la mujer que más había amado en su vida, y seguía siendo su amor. Se acercó hasta donde estaba ella, que estaba de espaldas y no le vio llegar.

 Se acercó hasta donde estaba ella, que estaba de espaldas y no le vio llegar

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Lorenzo: Clara, mi Clara. - habló con su voz gruesa y seductora, manteniendo el mismo tono de voz. Clara se paralizó al escuchar su voz, sintió que el mundo se detenía. Estaba en shock, escuchar esa voz después de tantos años, fue una emoción sin igual, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, y cuando se dio la vuelta y vio a Lorenzo de pie mirándola, como si nunca hubiera habido una separación, para Clara, fue demasiado, sintió que el suelo abandonaba sus pies, y se desmayó.





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