DÓNDE
ANDREA MALFOY una joven que acaba de pasar a su quinto año se verá envuelta en una farsa de amor soñado.
O
DÓNDE
CEDRIC DIGGORY un joven apuesto que se enamorara de su apuesta.
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Andrea se encontraba en su habitación acomodando su ropa junto a sus amigas quienes hablaban entre sí, Cassie Ross admiraba la gran variedad de ropa que Andrea tenía en su baúl, a la rubia no le molestaba ser envidiada, le gustaba. Sentía que todos deseaban ser ella, ¿eso era una mentira? ¿quien no quisiera ser ella? Andrea tenía una vida perfecta.
— Si ves algo que te guste, tómalo. — Le sonrió a Cassie quien preguntó si era real y ella solo asintió. — Fueron de mis vacaciones en Paris, mi madre y yo fuimos de compras. — Sonrió, todas sus amigas prestaban atención en lo que ella seguía de pie guardando sus cosas.
Andrea había cambiado, era evidente, siempre fue linda, era su genética. Pero ahora era diferente, era demasiado atractiva, durante los meses de vacaciones su cuerpo se desarrolló un poco más de lo que debía para una joven de su edad, tan sólo tenía 15 años, y sus atributos aparentaban más. Y eso todos lo notaron, más los jóvenes varones. Eso desató muchas hablas de Andrea, unas lenguas llenas de envidia y deseo.
[...]
Las jóvenes bajaron de su dormitorio y se dirigieron al gran comedor, la cena estaba apunto de iniciar y el llegar tarde no se le era permitido. Al entrar al gran comedor era inevitable no llevarse miradas, Andrea saludo a quienes la saludaban.
Nunca fue grosera ni bravucona, se le hacía ridículo molestar a quien ya de naturaleza sus vidas apestaban, al contrario, siempre fue amable y gentil con la mayoría de las personas que conoce.
Andrea tomó asiento junto a su mejor amiga Diane, quién ya se encontraba en el comedor junto a Adrián, un compañero de casa.
— Tardaste, casi llegas tarde — Diane murmuro mirando a la rubia. — Se me olvida que los Malfoy deben dar grandes entradas.
Andrea no entendió a lo que se refería, pero la mirada de Diane hizo que volteara hacia atrás.
Lo que la rubia observó fue a su hermano menor entrar al gran comedor de la mano de una joven morena de ojos azules, mayor que Draco pero menor que Andrea. La rubia quedó sorprendida ante dicha entrada "triunfal". ¿Su hermanito con novia? Quien era tan valiente para soportarlo. Se preguntó Andrea.
— Solo faltas tú — Se burló Adrián tomando un pedazo de tostada y llevándosela a la boca.
— Ridículo. — Murmuró. Andrea jamás había tenido novio en Hogwarts y fuera de él. Aunque era bastante bonita y de buena familia, nunca sintió que le gustara realmente a alguien. Siempre eran los mismos tipos los que la hostigaban.
— Déjala, aún no supera a la cabeza de zanahoria. — Bromeó la peli negra tomando un sorbo de su bebida, llevándose una mirada llena de odio de la rubia. Odiaba hablar de él.
— Ahhh si, casi lo olvidaba, Charlie Weasley — Pronunció Adrián, Andrea se atragantó con su jugo, llamando la atención de las mesas vecinas, que horror solo pensó la rubia.
— Basta de ese tema.
Charlie Weasley, el primer joven que le interesó a Andrea, pero fuera de su diferencia de edad, ellos jamás habrían podido estar juntos. El simple apellido del pelirrojo ya era bastante difícil de pronunciar para la rubia, no se imaginaría la reacción de su padre si supiera que estuvo enamorada de aquel joven.
— Si, basta que llora de nuevo. — Siguió Adrián con sus bromas, toda la cena se la pasaron burlando del "pésimo" gusto de Andrea. Pero ella sabía que solo era la clase social lo que lo hacía imposible, por que aquel pelirrojo era mucho más inteligente e interesante que varios chicos que conoció con un buen apellido. — Pero ya enserio ¿quien te gusta? — Adrián preguntó con curiosidad, de echo todos tenían curiosidad, Andrea nunca hablaba de su vida emocional y privada, según su padre contar tus problemas, miedos, o deseos, es darle a las personas una herramienta en tu contra, entre menos sepan es mejor. Andrea lo creía así.
— Nadie en estos momentos. — Evadió el tema mientras seguía comiendo. Pero para sus amigos no era suficiente esa respuesta.
Insistieron toda la noche, no hubo respuesta de Andrea.
El castaño observaba a su víctima de cabellera rubia, notaba sus cambios y si era sincero no le molestaban en nada, veía como se reía con sus amigos, el como comía, y sus gestos tan delicados y finos.
— Pareces acosador. — Se burló Stefan.
Cedric solo lo ignoro, pensaba en cómo se acercaría a ella, pues no era santo de devoción para Andrea, según lo odiaba desde su primer año. Aunque nunca entendió por qué.
ANDREA POV'
Escuchaba a mis amigos reírse de cualquier tema que sacaban a la mesa, eran bastante graciosos pero en una parte muy groseros, aunque me reía con ellos. Estaba incomoda, sentía su mirada, no entendía que me había echo para no soportarlo, no se si era por arrogante o engreído.
Actuaba con superioridad solo por ser atractivo. Como si todas murieran por el. Era odioso, presumido y hasta mujeriego. ¿Que se supone que le ven? Ese cabello tan... o esa cara tan... simplemente no entiendo que le ven si es tan inmaduro.
Levante mi mirada para vernos fijamente, quería saber hasta donde llegaría. Me sostuvo la mirada e incluso arqueó una ceja, fui yo la que no pude más. No soportaba sus juegos infantiles, ¿estábamos en segundo año, acaso?
La hora de irnos a los dormitorios llego, Diane y yo salimos de ahí con tranquilidad, Adrián se nos unió en el camino, colocó su brazo alrededor de mis hombros, de inmediato su olor de perfume inundó mi nariz, olía delicioso.
— Bueno, ¿que planes tenemos? — Preguntó mirándonos de reojo a mi y a Diane. Ninguna dijimos nada, realmente no entendíamos a qué se refería. — ¿Es broma, cierto? ¿En serio piensan irse a dormir? — Cuando lo dijo así sonaba aburrido, ¿pero que se supone que debemos hacer?
— ¿Que tienes en mente? — sabía que me arrepentiría por preguntar.
Y así fue.
POV'
Pasaba más de media noche, y Andrea se encontraba en el lago negro junto con sus amigos y varios alumnos más del colegio. Al parecer habían echo una fiesta clandestina entre los alumnos de Sexto y Quinto, y algunos de cuarto, como lo eran los Slytherin's presentes. Todos estaban dentro del lago, con vestimenta corta y pronunciada, por llamarlo de alguna forma.
— Ya me quiero ir. — Anunció Andrea mirando a su alrededor, pero a ella era la única a la que le disgustaba pues sus amigas ya estaban cómodas.
— Vamos, ¿O me dirás que Astrid es miedosa? — Adrián se quitó su camisa y corrió tomando impulso para luego saltar al lago, varios jóvenes le aplaudieron.
Andrea odiaba que la llamara así, su padre solo lo hacía, era su toque personal.
— Vamos Andrea, podemos divertirnos. — Dijo Diane desabrochando su camisa, botón tras botón hasta quedar en sostén. No era raro ya que todas las jóvenes estaban así, pero era nuevo, Diane también había cambiado, y la reacción de los varones lo demostró. Diane siguió a Adrián, corrió al lago y brincó al agua. Sus amigas la siguieron después de eso, todas haciendo lo mismo, menos Andrea.
No mal entiendan, aunque ella quisiera no podría. El camino de regreso a Hogwarts era muy largo y oscuro para que una joven estuviera sola, así que decidió buscar un árbol y sentarse debajo de él a esperar que sus amigos quisieran irse.
[...]
— Mira quien vino — Stefan apuntó un árbol, Cedric volteo a verlo y la encontró ahí.
Andrea estaba sentada, callada, observando todo a su alrededor, parecía nueva, lo era.