CAPÍTULO 32: JUEGA CON FUEGO Y ACABARÁ QUEMANDOTE

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La verdad es que vencer a los demonios golosos fue una tarea relativamente fácil, ya estábamos en diciembre y ya estábamos con un gran avance, casi estaba segura de que ya estábamos a punto de enfrentarnos al verdadero
Lo malo de todo esto es Dany, la niña ya había sido integrada al escuadrón hace unos días y da de saltos para que ya llegase la próxima misión, mientras que yo rezaba porque ella no fuera, enserio, yo estuve 6 años entrenando más otros 3 en batallas, tengo experiencia, pero ella no tenía absolutamente nada de eso en tan solo unos cuantos meses batallando en simuladores solamente con ataques a larga distancia, si en algún momento alguien la atacaba cuerpo a cuerpo ella era completamente vulnerable, no importaba que los elfos fueran muy ágiles, no podría hacerle frente a un ataque sorpresa que te salta de repente en la cara con intención de matarte

Mi cumpleaños pasado fue de lo más normal, me lo pasé todo el día con mi papá, que ya debido a todos los tratamientos y el desgaste físico que conllevaba ahora caminaba usando un bastón, pero después de la operación el podría recuperarse
Fuimos a la feria, de las pocas veces que venía por esas fechas, comimos dulces y jugamos a los juegos, nos sentábamos y hablábamos, yo la verdad ya no le mencionaba el tema de los demonios porque no quería preocuparlo mas de lo que ya estaba, el no me lo decía, pero se le notaba que estaba nervioso por ser operado, no lo juzgo, una operación implica mucho cuidado y es una especie de juego de azar, pero simplemente le extirparían el tumor y luego reposaría, no había mucho problema, solo quedaba esperar a que llegara esa fecha, mientras tanto nosotros seguíamos disfrutando de ese momento juntos como cuando yo estaba pequeña

Llegó diciembre como bien dije y el se fué al hospital, sería operado en 4 días y después tendría un reposo de 1 semana, pero obviamente mi mamá se iba a ir con el, así que trajo a un primo mío y a su familia para que me cuidasen mientras yo cuidaba la casa, si, pedí permisos para no ir a las misiones durante ese tiempo por tener que cuidar de mi casa

Enserio no tienen idea de cuanto odié esos días

Todos los días llegaba y la esposa de mi primo comenzaba a gritarme y a hacerme hacer los quehaceres del hogar mientras ella solo se sentaba a dar cariños a su hija, mi primo salía a trabajar así que regresaba tarde, pero simplemente llegaba y se quejaba de cualquier cosa, no era raro verlo pelear con su esposa, así que si, no me gustaba para nada ese ambiente, así que usaba las mañanas y la mitad de las tardes para ir a los entrenamientos y así no perder condición física, quería ir a las misiones pero sabía que me iba a tardar muchísimo en ellas y puede que volviera en bastantes más horas o incluso días, así que no me arriesgaba
Mientras tanto veía a Dany hacer sus mejores esfuerzos para pasar las pruebas que el coconut le había puesto, ella daba lo mejor de si, moviendose como si el viento y ella fueran uno solo, pero siempre se terminaba cayendo o chocando con los obstáculos, se le notaba que aun le hacían falta reflejos, aunque me duele admitir que se me hacía gracioso cada vez que se estampaba en las paredes del simulador como si fuera un dibujo animado

Llegamos a mediados de diciembre, llamo todos los días a mi padre para saber como se encuentra y mi mamá me dice que está muy bien, ya en 2 días más le darán el alta, yo estaba completamente aliviada, ya volveríamos a la normalidad; colgué el teléfono en el momento que acabó la llamada y llegó de repente la esposa de mi primo y me desconectó el teléfono fijo por el que me comunicaba von mi madre

-Ya hablaste suficiente, no mas llamadas!!- Dijo para luego irse de nuevo

Enserio, es una maldita hija de perra y yo no me había dado cuenta hasta ese tiempo
Ya cuando ella se había ido, en secreto volví a conectar el teléfono, era mi padre, yo decidía cuantas veces lo llamo para ver como está
Ya entrada la tarde regresé al subsuelo porque necesitaba unas cosas que había dejado ahí, más que nada mis libros de estudio de demonios, cuando de repente siento como alguien me toca el hombro

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