𝚑𝚞𝚕𝚕𝚊𝚋𝚊𝚕𝚘𝚘

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𝙴𝚜𝚝𝚊𝚖𝚘𝚜 𝚊𝚚𝚞í, 𝚎𝚜𝚝𝚊𝚖𝚘𝚜 𝚊𝚚𝚞í 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚊𝚢𝚞𝚍𝚊𝚛𝚝𝚎
𝙽𝚘 𝚝𝚒𝚎𝚗𝚎𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚙𝚛𝚎𝚘𝚌𝚞𝚙𝚊𝚛𝚝𝚎 𝚙𝚘𝚛 𝚎𝚕 𝚊𝚕𝚋𝚘𝚛𝚘𝚝𝚘
(...)
𝙻𝚊𝚜 𝚌𝚘𝚜𝚊𝚜 𝚜𝚘𝚗 𝚝𝚛𝚒𝚜𝚝𝚎𝚜, 𝚟𝚊𝚗 𝚊 𝚎𝚖𝚙𝚎𝚘𝚛𝚊𝚛
𝙴𝚜𝚌𝚞𝚌𝚑𝚊 𝚖𝚒𝚜 𝚙𝚊𝚕𝚊𝚋𝚛𝚊𝚜, 𝚌𝚊𝚗𝚝𝚊 𝚖𝚒 𝚌𝚊𝚗𝚌𝚒ó𝚗
(...)
𝙰𝚜í 𝚚𝚞𝚎 𝚍é𝚓𝚊𝚖𝚎 𝚖𝚒𝚛𝚊𝚛𝚝𝚎 𝚊 𝚕𝚘𝚜 𝚘𝚓𝚘𝚜 𝚌𝚞𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚝𝚎 𝚙𝚛𝚎𝚐𝚞𝚗𝚝𝚎
¿𝙰𝚌𝚎𝚙𝚝𝚊𝚛á𝚜 𝚖𝚒 𝚙𝚊𝚕𝚊𝚋𝚛𝚊?

¿𝚃𝚘𝚖𝚊𝚛á𝚜 𝚖𝚒 𝚖𝚊𝚗𝚘?

𝚁𝚊𝚛𝚎 𝙰𝚖𝚎𝚛𝚒𝚌𝚊𝚗𝚜, 𝙷𝚞𝚕𝚕𝚊𝚋𝚊𝚕𝚘𝚘

Jaemin

Durante los minutos posteriores a mi llamada con Jeno, soy incapaz de borrar mi sonrisa. Me dejo caer sobre la cama con absoluta satisfacción, las cosas parecen avanzar mejor de lo esperado.

¿Recibiste el sí definitivo de tu novio?

Busco la procedencia de tal ronca, despectiva y conocida voz que oigo del otro lado de la habitación del hotel. Mark está frente a la puerta del baño secándose el cabello. Una bata mal anudada intenta cubrir su cuerpo aún húmedo de manera poca exitosa, pues su piel continúa asomándose con cada movimiento que hace hasta llegar a mi lado.

Deja de llamarlo ''novio'', sabes que eres el único para mí.— Los resortes se hunden tras él cuando me arrodillo a sus espaldas, ayudando a acomodar el cuello de la única prenda que lo separa de la total desnudez.— No me digas que estás celoso, cariño.

Bromeo, pero ninguno de los dos ríe, y la repulsión encuentra lugar en sus ojos cuando voltea a mirarme. Me resulta divertido hacer insinuaciones constantes a alguien tan especial como Mark Lee, cuyo rechazo hacia los hombres es más que evidente. Muchas veces parece ser lo único que reaviva nuestra convivencia, separándome de un insufrible aburrimiento.

Si pudiera definir su desprecio, lo calificaría como... particular, un rechazo que despertaba mi curiosidad cada vez que salía a la luz. Podría tratarse de un odio indiscriminado o de un trauma infantil vagamente trabajado. Sus cicatrices, su precavida manera de andar y el estado alerta bajo el cual vive en relación de su entorno, su actitud aparentemente invulnerable, ¿Habría padecido alguna clase de abuso difícilmente pronunciable durante su niñez?

Luego de conocernos en tensas circunstancias, mi primera observación había señalado una homofobia exteriorizada, pero conforme pasábamos el tiempo juntos, noté que se trataba de un aborrecimiento hacia el sexo masculino general e indiscriminado, lo que me era aún más interesante.

No me mires así, bebé, cuando todo termine te prometo que volveremos a ser sólo tú y yo.

Y sé qué es lo que va a pasar, porque no es la primera vez. No dice palabra alguna, pero arremete contra mí. El peso de su cuerpo sobre el mío es aplastante, doloroso y preciso; sus rodillas hacen una muy específica presión sobre mis costillas, algo nuevo en la enfermiza rutina física que perpetra cada vez que provoco su exasperación.

Cubre mi boca con una de sus manos cuando suelto un quejido de dolor, sus formas de callarme son letales y muy efectivas; todo lo que provenga de él lo es.

¿Cuánto más debo golpearte para que entiendas que no soy como los idiotas con los que te gusta jugar, Nana?— No puedo moverme ni emitir respuesta, sabe que está lastimándome y se tomará el tiempo de disfrutarlo, o eso es lo que cree hasta que mi lengua humedece su palma al lamerla, haciendo que se aparte asqueado.

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⏰ Última actualización: Dec 12, 2023 ⏰

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𝚙𝚛𝚒𝚗𝚝("𝙷𝚎𝚕𝚕𝚘 𝚆𝚘𝚛𝚕𝚍") | 𝚗𝚘𝚛𝚎𝚗𝚖𝚒𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora