Capitulo 2

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  Estuvimos parte del vuelo hablando de lo que haríamos al llegar a Francia, lo que comeríamos, cuántas fotos seríamos capaces de sacarnos en tres semanas y más cosas; y el resto sólo dormimos. Sólo despertamos cuando la azafata nos movía levemente y, muy avergonzados, nos bajamos del avión a buscar las maletas.


-¡Oh genial! No pude ni ver el paisaje.- Dije algo molesto, ¡es que era lo que más quería ver!


-Yo estoy feliz de que una bella chica me haya despertado.- Dijo Manuel, con aire de victorioso. Idiota.


-Ajá, ahora te ve como un baboso porque estabas con el hilo de saliva brotando desde tu asquerosa boca.- Atacó Thiago, a lo que Edgar y yo explotamos de la risa. Manuel, algo indignado, lo fulminó con la mirada.


-Envidioso. Miren, voy a ver unas cosas con respecto a la estadía con un señor que me estará esperando  cerca de la entrada, nos encontramós ahí, y llévense mi maleta, cabros hueones.- Dijo riéndo en lo último y se fue corriendo. No nos quedaba otra más que acceder y cargar con su peso. Por lo menos la espera no fue eterna y pudimos salir del gentío antes de que fuese peor. Caminamos hasta la entrada que nos había señalado Manu y tratamos de buscarle con la mirada, hasta que lo vimos despedirse de un tipo con traje, bastante elegante. Nos vio y corrió donde nosotros.


-¿Qué hacías con ese tipo?- Dijo Edgar, algo confundido.


-Pues hablaba con él para que nos hiciera unos cambios en el viaje.


-¡¿Qué?!- Reaccionamos los tres. Sólo rió.


-Verán, él es el agente de viajes con el que charlé, y pensándolo bien antes de viajar, sólo venir a Francia no le sacaría tanto provecho como viajas a tres países, cuatro ciudades en cada una, el mismo tiempo de estadía y al mismo precio. ¿Qué les parece? Lo sé, soy genial. Ahora sólo vayamos al taxi y vamos al hotel.- Dijo tomando su maleta, que la tenía yo, y empezó a caminar al taxi. Con los demás nos quedamos miramos, y resignados pero alegres, fuimos con él.


 ¡Paris es impresionante! Con sólo el viaje al hotel quedé anonadado y encantado con esa bella ciudad, pero cuando vimos a lo lejos la Torre Eiffel algo empezó a molestarme en el pecho. Quizás era tanto entusiasmo por salir a las calles y aprovechar cada minuto en esta bella ciudad. Ya en el hotel, nos registramos y fuimos a nuestras habitaciones. Eran de dos personas por cuarto, así que decidimos que Edgar y yo en una y Thiago con Manuel en otra, vaya peleas se armarán en las noches.


 La primera semana en Francia fue estupenda. Pasamos por Versalles, Marsella, Cannes y Paris. Aún en Paris sentía una molesta en el pecho, pero no le tomé importancia alguna, debía ser normal al viajar a otro país y ver su magnificencia. Vimos a algunos famosos, los bellos monumentos históricos y millones de fotos, sin mencionar las exquisiteses que habían en cada menú que probábamos, hasta el vino estaba muy bueno; pero nada le gana al vino chileno. Nuestros padres llamaban como locos casi todos los días, alo que nos causaba bastante gracia; pero por lo menos los dejábamos tranquilos de que todo estaba en orden. Cuando ibamos a tomar el Tren Europeo, recordamos que no sabíamos a qué otro país iríamos, por lo que le preguntamos a Manuel, insistentemente.


-¡Iremos a Italia! El país de la pasta y del queso, un tranquilo lugar para pasar las vacaciones.- Dijo finalmente. Tratamos de sacarle el otro país al que iríamos, pero fue inútil.

"Recuerdos tras una Mentira" [Youtubers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora