Erza x Mirajane Fairy Tail

Capítulo 21

Llegaron al lago, justo en la punta opuesta al gremio, Erza seguía con los ojos vendados y amenazaba a todos con una paliza si no le dejaban mirar ya, los chicos aunque un poco asustados, pedían paciencia a la pelirroja, está puso gesto enfadado y escucho la suave y amable risa de Mirajane, enseguida notó un hocico mojado lamiendo sus rodillas.

 -Mirajane, Hollín, sois vosotros, qué hacéis aquí, de que va esto- La joven peliblanca volvió a reir -Vaya, vaya, eres una impaciente-
La joven se acercó a Erza y suavemente retiró la venda de sus ojos ante ella aparecia, una preciosa casa de madera con enormes ventanales, Hollín daba vueltas a su alrededor y ladraba agitando la cola emocionado, Erza miraba a los chicos y luego a Mirajane, -Y esto, qué es esto Mira- la diablesa la miraba sonrojada y titubeaba, Lucy la empujó hacia Erza amablemente.

-Siempre dijiste que te gustaría tener una bonita casa en el lago, que así podrás relajarte pero no alejarte demasiado del gremio, con ayuda de todos nuestros amigos hemos hecho esta casa para ti, para nosotras, si te parece bien, bueno y para Hollín claro.-
La joven sonrió de lado moviendo su pirri con gracia y Erza la miró emocionada, la cogió entre sus brazos y la besó sin importarle quien estuviese mirando. Mientras le daba pequeños picos cariñosos, Erza le decía -ERES- -LA MEJOR- -NOVIA- -DEL MUNDO-, terminó de besarla y se agacho a acariciar al pequeño cachorro.
  -Te gusta Hollín, quieres que entremos a verla- Todos miraban enternecidos como el perro lamia la mano de Erza y trotaba tras ella agitando su peludo rabo, Mirajane los miraba enamorada.

-Ves Mira, al final todo ha ido bien, Erza y tu estais juntas y teneis una preciosa casa-Lucy habia puesto la mano en su hombro, mientras los otros se adelantaban tras Erza para investigar la casa.
Mira se giro y sonrió dulcemente. -Estoy tan feliz Lucy, al final todos estamos en casa, ella esta bien, parece que hayan pasado mil años desde que casi muere-Lucy rió con ganas, y miró hacia el cielo. -Eso es lo bueno de este gremio ¿no?, anda vamos con todos, seguro que estas deseando ver la cara de Erza. Mira se sonrojo y camino con Lucy dentro de la agitada casa.

Ya por la noche.

Erza miraba tranquila por la ventana con Hollín en brazos, la noche estaba en calma, Magnolia estaba en calma y ella podia relajarse por fin, los últimos meses habian sido una locura, pero ahora estaba en casa, estaba con ella, dejo al perro en el sofá que dio un par de vueltas y se quedo dormido, Erza sonrió y volvió a mirar por la ventana.

Mirajane dejo dos tazas de humeante té en la mesa y tras acariciar dulcemente a Hollín abrazo a Erza por la espalda. -No me puedo creer que estemos así, juntas.-
-Mirajane sabes que te quiero- La pelirroja se giró y acarició la mejilla de la diablesa, enrosco sus manos al cuello de Mira y se quedo observando sus azules ojos.
-Sabes, no me cansaré nunca de esto, de está paz, de tí- la beso con fiereza y la joven peliblanca respondió al beso con pasión.
Erza la agarró con fuerza y la levantó sin dejar de besarla, Mira se separó un momento de ella y le sonrió

-Me encanta este vestido, que no se te ocurra romperlo, una risa gutural salió de Erza y con voz ronca suspiró contra el cuello de Mira -Eres superior a mi, no puedo resistirme a tus vestidos.-  entre besos y risas subieron a su habitación.

Cuando bajaron, el té ya estaba frio y ambas rieron mientras Erza iba a preparar algo para comer y té caliente.
Esa noche apenas durmieron, acariciaban sus cuerpos, amandose, descubriendose como si fuese la primera vez, Mira acarició y besó las dos cicatrices que marcaban el pecho de Erza, la primera, a sus manos, la segunda por salvarle la vida.

Erza miraba con devoción la marmorea piel de la diablesa, que habia caido dormida cuando los primeros rayos de sol aparecían, notó como el pequeño cachorro saltaba a la cama y se colocaba bajo las mantas junto a Mirajane.
Erza sonrió, desde luego si esa iba a ser su vida ahora, lo mejor que le habia pasado nunca es que Mira le clavase su espada. Besó la espalda de Mirajane y se tumbó junto a ella, cayendo dormida enseguida.

Por fin las jóvenes podían vivir el amor que ambas merecían.