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La transparencia de la tela preocupaba seriamente a JiMin, para él, la vestimenta era innecesariamente llamativa

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La transparencia de la tela preocupaba seriamente a JiMin, para él, la vestimenta era innecesariamente llamativa. A pesar de todo esto, no estaba acostumbrado a usar ropas tan frescas y su incomodidad incrementó al verse en el espejo. La textura le hacía saber que eran telas ostentosamente caras y JiMin no era ciego para ver la belleza en ellas. Acentuaban con prominencia sus caderas y la estrechez de su cintura, partes de su cuerpo como omega que jamás habían relucido hasta ese día. Los zafiros opacos que adornaban sus tobillos y muñecas acentuaban sus ojos grises y el omega sabía muy bien que no le habían puesto ningún collar para mostrar deliberadamente la reciente mordida en su cuello. El toque de las mujeres en su persona no era tan incomodo como un principio y de cierta forma se había acostumbrado a ello; puesto que, después de que le mostraran su enorme cuarto de baño y lo limpiarán con aceites dulces en la piscina-como había dicho JiMin cuando ellas se refirieron al enorme espacio como una tina cualquiera- el omega había dejado su pena atrás cuando lo vieron en tan precaria situación.
Después de todo eran omegas como él, cosa que agradeció silenciosamente al alfa por elegir acompañantes con su segundo género común.

—Se ve hermoso, hürrem. El señor y la señora
Hasmet estarán complacidos cuando lo vean - le dijo Edith mientras arreglaba su cabello.

—Ah, mis preocupaciones entonces son por nada -contesta sarcásticamente JiMin, si las muieres notaron el tono en su voz, no dieron señales de ello.

—Apuesto a que Bambam estará terriblemente celoso -susurra divertida Kenia cuando añadía
más joyas en los tobillos de JiMin.

—!Kenia!-regañó silenciosamente Elit. JiMin no pudo hacer a un lado su curiosidad.

—¿Quien es Marco?-pregunta el omega cuando se dio cuenta de la mirada que compartieron las tres mujeres. El ambiente se volvió extrañamente pesado y el omega pudo percatar un olor agrio en las feromonas de las omegas. Con un suspiro Edith contesto.

—Es el nieto de Berat, hürrem -JiMin dio un sonido de reconocimiento al recordar al hombre amable.

—¿Y por que estaría celoso? No nos conocemos
-cuestionó extrañado JiMin. Las omegas vacilaron en contestar y se quedaron calladas.

—Por nada, hürrem -respondió por fin Kenia.
JiMin decidió dejarlo ir, realmente no era de su incumbencia la vida de los empleados ahí. Las mujeres siguieron preparándolo en un silencio incómodo.













La tranquilidad de la casa era una característica propia del ambiente diario ahí. Incluso en las cocinas apenas se escuchaba el ruido de las ollas y la comida al prepararse; sin embargo, la felicidad que inundaba la casa ese día no pudo evitar una que otra conversación y risa entre los empleados de esta.

Hürrem es muy hermoso y amable, es perfecto para ser el omega del amir -hablo una mujer mientras pelaba los ajos en sus manos. Las otras cocineras asintieron en aceptación.

Mafia roja | kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora