fifth

1.1K 150 21
                                    

Transcurrieron unos cuantos días en los que las cosas con Spreen se habían mantenido tranquilas, pasaban casi que todo el tiempo juntos a excepción de cuándo este último decidía ir a explorar por su cuenta o cuándo él salía con El Mariana

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Transcurrieron unos cuantos días en los que las cosas con Spreen se habían mantenido tranquilas, pasaban casi que todo el tiempo juntos a excepción de cuándo este último decidía ir a explorar por su cuenta o cuándo él salía con El Mariana.

Eventualmente habían construido una pequeña casa para ambos, dentro de la cual había intentado en numerosas ocasiones sacar una excusa para verlo sin los lentes, sin embargo el osezno siempre se salía con la suya, incluso dormía con los dichosos lentes y aunque no lo hiciera, al despertarse era lo primero que buscaba para volver a ponérselos, lo máximo que lograba ver eran sus largas con más detalle de lo habitual.

La imagen en su mente no se borraba, pero fue tan efímera que sentía cómo esta se volvía borrosa, ¿Cómo se sentirá ver de manera correcta sus bonitos ojos adornados por sus largas pestañas? El azabache era físicamente hermoso, aún con las numerosas cicatrices que tenía en todo su cuerpo e incluso cerca de su rostro, esto tan sólo lo hacía verse más atractivo.

Ahora se encontraban caminando por un lindo prado, ambos habían ido a buscar un poco de madera para ampliar su casa, habían usado una madera específica, por lo que tuvieron que alejarse un poco para encontrarla, por fortuna no tardaron mucho, además de que no era necesaria tanta.

Con el poco tiempo que habían pasado juntos Spreen había cedido un poquito más respecto al contacto físico, porque vamos, para Roier era imposible no brindar este, ya fueran abrazos, agarres leves, caricias o golpes juguetones, pero ahora iban por niveles.

Por lo menos le dejaba abrazarlo por el hombro por varios minutos hasta que se cansara. No evitaba su cercanía, ahora se la permitía hasta que se sentía agobiado o hasta que sus hombros doliesen por el agarre.

Aunque fuera algo pequeño, Roier era feliz con ello.

Y claro, ¿Como no serlo? Sí cada persona que los veía de esa manera se sorprendía en demasía, e incluso halagaban al castaño por haber "domado al oso salvaje" aún si después recibían una amenaza por parte del mencionado, que no tardaba en ser apaciguado por pequeñas bromas y risas nerviosas de parte del ojimiel.

Los pies de ambos sobre el pasto se movían de forma perezosa, disfrutaban de la charla que tenían, por lo que no necesitaban apurarse.

Ambos gozaban de la compañía del otro, no era un secreto, se podía ver a simple vista.

Pronto habían decidido sentarse frente a un lago a descansar, observando cómo los patos nadaban en este felices.

— ¡Mira! Parece un mini Quackity. —señaló con emoción el de hebras castañas, apuntando un pequeño patito bebé de un suave color amarillo.

— Tenés razón, pero ese si es bonito, no tiene la cara de boludo de Quackity. —una suave risa salió de sus labios por la comparación, observando el patito señalado, el cuál si tenía cierto parecido, aunque era sólo por la especie y un color similar, nada más que eso.

— A poco sí, bien menso que está ese, ¡Pero no importa! Está bien bonito, hace tiempo que no veía patos.

No podía negar que la risa del azabache era una melodía para sus oídos, volteaba a verlo de perfil, notando su expresión tranquila pero contenta, quizás era muy silencioso, pero con sólo ver su rostro podías leerlo un poco más, aunque claro, para eso estaban sus lentes, para ocultar al menos una pequeña parte, además tenías que tener suerte para ver expresión alguna en su rostro.

Quizás Roier era un poco afortunado.

— Roier. —llamó el mayor de forma repentina, sin voltear a verlo, su vista parecía enfocada en el bonito lago frente a él.

— ¿Qué pasa Rey? —su respuesta fue instantánea, viéndolo directamente, a diferencia de a él.

Recibió un corto silencio, además de notar los labios ajenos removerse inquietos, como si dudaran en hablar. No pudo evitar admirar estos, algo resecos, pero con un tono rojizo, ni muy delgados, ni muy pronunciados, un punto medio, perfectos para él.

¿Por qué estaba detallándolos tanto? No tenía idea, pero eran bonitos, era suficiente excusa.

— ¿Vos cuánto tiempo te vas a quedar? —la pregunta finalmente llegó, sobresaltando a Roier, quien se avergonzó por haberse distraído admirando sus bonitos belfos.

— ¿Eh? ¿Quedarme dónde? Si nadie se puede ir de la isla, pendejo, todos tenemos que quedarnos aquí como dijo el os-

— Conmigo. —las palabras del menor fueron interrumpidas por la aclaración del contrario, quien seguía sin mirarlo, sin embargo, podía notar cómo su mandíbula se marcaba, probablemente estaba apretando sus dientes entre sí.

Pero lo que Roier no notó fue la flor roja que estaba en su mano izquierda, pegado al costado opuesto que se encontraba con el suyo.

La mano del oso temblaba, dudosa, incapaz de moverse, en su lugar se ceñía contra el tallo de la rosa, sintiendo las espinas clavarse en su palma.

Una vez más el silencio se presentó en lo que el castaño procesaba las palabras que acababa de oír, ¿Por qué le preguntaba eso? ¿Quería que se fuera ya? ¿O quería que se quedara?

¿Acaso se había cansado de él tan rápido?

O por el contrario, quizás se había adaptado, no lo sabía, era, muy confuso.

— Bueno, pues-

— No nada, olvídalo. —Rápidamente pudo ver cómo el chico a su lado se colocaba de pie, lanzando algo que no logró ver antes de sacudir sus prendas para deshacerse de los trocitos de pasto y tierra.— Vamos ya, tenemos que seguir construyendo.

— Voy, pero no te vayaas. —lloriqueó siguiéndole el paso un poco después, ni siquiera le había dado tiempo para procesar su pregunta o para pensar en una respuesta.

Durante el camino de vuelta estuvieron un poco más callados, en un inicio el arácnido llegó a sobrepensar sus palabras, no obstante, cuando volvió a estar a su lado caminando, pudo observar un tono rosáceo en sus mejillas en su pálido perfil que veía al frente, además de un reprimido gesto de frustración.

Inevitablemente sonrió, aunque había tardado logró comprender lo que le había sido cuestionado. Cualquier malestar desapareció al instante y por reflejo terminó abrazándolo, aún si esto sobresaltó al más alto, que estuvo a punto de protestar hasta que lo escuchó.

— Me voy a quedar contigo, osito, ni siquiera tenías que decírmelo.

Pronunció con cariño entre suaves risas amistosas, aunque el abrazo dificultaba su caminar el mayor no se separó, ni se quejó, tan solo se destensó bajo el agarre, relajando su cuerpo y aceptando aquel gesto.

— Ajá, como vos digas.

Estaba más tranquilo con esa respuesta, quizás más felíz, quizás más calmado, o quizás no le importaba.

Pero al menos sabía que estaría con Roier un poco más de tiempo.

meperdonan? me estaba muriendoBTW LLEGAMOS A 1K DE VISTAS SÚPER RÁPIDO, MUCHAS GRACIAS 😭❤️‍🩹intentaré actualizar prontonos leemos dsp 😼no he mirado nada dsp corrijo ☝🏻

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

meperdonan? me estaba muriendo
BTW LLEGAMOS A 1K DE VISTAS SÚPER RÁPIDO, MUCHAS GRACIAS 😭❤️‍🩹
intentaré actualizar pronto
nos leemos dsp 😼
no he mirado nada dsp corrijo ☝🏻

purple eyes | spiderbear ⭑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora