El final

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La ciudad llena de bullicio como de costumbre, Phimys despertando tarde sin arrepentimiento alguno, tras su despertar faltaba algo en su casa, o más bien alguien, generalmente Vanphanis esperaba a que Phimys despertara para avisarle que iba a salir, pero esta vez no, en esta ocasión era diferente, si bien su casa solía estar en silencio, el no tener presencia de su compañero la hacía sentir aún más solitaria y callada, Phimys se levantó de la cama buscando con sus ojos algo que le sirviera de pista, tras recorrer la casa pudo encontrar en la sala una carta hecha por su compañero de equipo

-Oh, veamos... "Phim, hoy es el día en el que te daré la sorpresa que te había mencionado, se que despiertas tarde, así que por eso decidí irme antes a prepararlo todo un poco más, arréglate con tu ropa de combate y ven a la montaña cercana a la ciudad, si lo deseas puedes traer ese estúpido bastón, te estaré esperando en una de las partes mas altas, tan solo sigue el camino y podrás llegar, tienes hasta las cuatro de la tarde para llegar hasta aquí, apúrate -Vanphanis" ... De verdad tiene una sorpresa para mi...

La emoción poco a poco empezó a recorrer su cuerpo entero, apretó la carta con fuerza y levanto los brazos con felicidad

- ¡Van cambio de verdad, en el pasado nunca habría hecho nada como esto, estoy tan feliz!

Soltó la carta dejando caer el papel arrugado directo al piso y salió corriendo a su habitación compartida para buscar su collar, teniendo este rápidamente iría a tomar un baño y tras hacer esto secaría su cabello con magia tirando aire caliente de la palma de sus manos para estar lista más rápido, el estar emocionada hizo que no pensara en cual seria la sorpresa que le tendría preparada, estando ya arreglada se coloco el collar en el cuello para después imbuirlo en mana, ropajes salieron disparados al exterior para luego regresar hasta Phimys, acoplándose en su cuerpo de manera automática, era el mismo ropaje que había usado hace un año contra Garen, un pantalón holgado, una túnica que quedaba un poco por debajo de la cintura, unas botas que llegaban hasta sus rodillas y un sombrero cuya punta caía hasta quedar a la altura de su nuca

- ¡Estoy más que lista!

Entre el baño y el secarse el cabello se tardo una hora, ya eran la una de la tarde y hasta el momento iba a ponerse rumbo a la cima de la montaña, salió de su casa con bastón en mano, corriendo para llegar lo antes posible, aunque antes de si quiera estar cerca de la salida de la ciudad se detuvo a comprar un par de manzanas para el camino, teniendo una en la boca y la otra en la mano salió corriendo tras haberlas pagado, estaba ansiosa por descubrir que era lo que le tenia preparado su amigo, tras mas de media hora corriendo y caminando finalmente llego a la imponente montaña, sabia que gracias a distintos caballeros del reino la montaña estaba segura, varios grupos se habían encargado de acabar con los guivernos del lugar y no habían quedado ni las crías, sus pensamientos podían ser centrados por completo en que podría pasar en aquella montaña

- «Veamos... ¿Qué podría llegar a ser...? Tal vez me tiene una montaña de comida, o quizás es una maga o un mago famoso... ¿Y si se me va a declarar en la cima de la montaña...? No creo, si fuese a hacer eso no me habría dicho que viniera con mi ropa de combate, tal vez me va a dar una nueva arma o algo así, o por mi Dios Vand, estoy tan emocionada con esto»

En ocasiones aceleraba el paso, subir una montaña no era algo exactamente rápido, tan solo fue ella junto a sus pensamientos durante una hora completa, el paisaje de las cosas que esperaba recibir fue una decepción junto al paisaje de lo que iba a obtener, 3:50 P.M. Phimys llego al lugar acordado, el rostro de Phimys se deformo en una mueca de tristeza y horror, sus ojos pasaron de unos animados a unos decaídos por la horrible escena que estaba presenciando, sus orejas puntiagudas bajaron al instante y su cuerpo se tensó, Vanphanis estaba sentado sobre una roca mientras sus padres estaban crucificados detrás suyo, siendo retenidos por un círculo de mana para evitar cualquier ataque o intención de escape, Phimys quien durante horas había estado sonriendo ante la emoción de su sorpresa ahora dejaba colgar sus brazos con debilidad

CalarisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora