Desde el momento en que abrió los ojos, notando gracias a la oscuridad total en la que se hallaba sumida la habitación, que aún ni siquiera amanecía y él ya tenía todo rastro de sueño fuera de su sistema —todo gracias a aquella estúpida manía de despertarse a las 5:00 a.m. en punto que jamás pudo quitarse de encima—, supo que iba a ser un día de mierda.
No había que ser muy inteligentes para deducir que —de nuevo— su maldita condición le iba a jugar otra mala pasada. Ja, que extraño.
Y es que, solo le tomó unos segundos en los que terminaba de desperezarse, para darse cuenta de que la humedad en el holgado pantalón que usaba como pijama, no era nada más y nada menos que sus propios orines.
Resopló, tallando su rostro con frustración, haciendo todo lo humanamente posible por ignorar la asquerosa sensación de la tela adheriéndose a su piel, pero, joder... Por más que pasaran los años, Levi jamás terminaría de acostumbrarse a la idea de ser un jodido inútil incapaz de hacer algo tan básico, como lo es ir al baño por su propia cuenta.
Ya no era un niño, por la mierda, hacía años que debería haber dejado en el olvido el uso de un pañal. Pero véanlo aquí, teniendo treinta y nueve años y ya postrado en una silla de ruedas por lo que le quedara de vida, con una paraplejia irreversible que, además de darle un giro de ciento ochenta grados a su vida al arrebatarle de tajo la movilidad en las piernas, también le dejó como regalo algunas que otras consecuencias —como si quedar inválido no fuese suficiente ya—; entre ellas, y de las que más detestaba, era el poco control que en ocasiones tenía de sus esfínteres.
¡Que divertido! ¡Seguramente, los enemigos que se formó a pulso durante sus años de servicio se reirían en su cara a carcajadas si lo vieran así!
Oh, porque hasta hace tres años, Levi Ackerman había sido considerado el soldado más fuerte dentro del ejército; ni una sola queja de su trabajo, con un historial impecable y reputación envidiable. ¿Y ahora? En ese momento, no quedaban ni las sombras de la leyenda que alguna vez fue.
Maldito sea el día en que decidió confiar su espalda, porque gracias a ese error tan garrafal de su parte, es que había tenido ese final.
Maldito, maldito y mil veces maldito fuese el destino, que pareció enzañarse con él desde el primer instante y ahora, daba la impresión de que lo quería mantener con vida únicamente para hacerlo sentir más miserable de lo que ya era día con día.
Definitivamente, desde aquel día, la vida de Levi se había convertido en una tortura que parecían mas bien un bucle eterno, sin final ni luz al final del túnel donde se hallaba sumido.
ESTÁS LEYENDO
All of me || SNK [ Riren ]
FanfictionTras un fatídico accidente que le arrebató de tajo a Levi todo lo que conocía y poseía, incluyendo los deseos de vivir, éste decide recluirse un cuartucho ubicado en un remoto pueblo a las afueras de la ciudad, resignado a pasar el resto de sus días...