Es solo una historia más, una con una pequeña mentira nunca antes dicha y con una llegada inesperada que provocaría.. un gran lío en los corazones de las Nakano.
Pasando los minutos los tres llegarían a su destino en donde Miku se despediría muy emocionada lo cual hizo al peliazul que el decir que hablará y no les ocultará nada a sus amigas también hará que Nino esté feliz, pero al verla esta seguía molesta. Una vez adentro de la pastelería la segunda hermana por más que intentó ignorar al chico.. tuvieron que trabajar juntos como nunca, si bien esto la hubiera hecho feliz antes.. no lo hizo actualmente.
—¿Estás seguro que no sabes que es lo que hiciste para que esté enojada? —preguntó el jefe del lugar— o no quieres decirlo.
—Me hago una idea de que es.. pero no puedo hacer nada, ella es quien le da vueltas al asunto.. —respondió el peliazul serio— ... ¡¿desde cuando tengo que hablar con usted de cosas personales?!
—Desde hoy, sus problemas personales afectarán éste lugar y si no lo resuelven pueden traerme problemas y ustedes serán los más afectados al perder su trabajo —exclamó dando una buena razón.
—...ya deje eso de lado, no pasará nada que afecte este lugar.. ahora si me disculpa, debo trabajar.
Mientras Fuutarou decidió terminar el tema e irse a seguir su trabajo. El dueño del lugar notó como Nino seguía mirándolo con una mirada perdida pero supo que no era de odio sino que estaba triste pero no quería que el peliazul notara esto, en un pensamiento rápido este señor al ver como el chico fue a tomar una orden con un grupo de chicas.. este decidió darles un empujo a estos pequeños jóvenes así dándole una orden a su empleado para luego ir con la chica.
—Ese chico es todo un caso, ¿no lo crees? —preguntó el hombre mirando a la chica.
—Lo odio, odio que me haya ocultado algo como eso.. y ni se preocupa por disculparse o contarme como en verdad son las cosas.. —respondió Nino muy molesta— y encima trabaja como si nada.
—Bueno.. fue muy emocionado a atender esa mesa, ¿sabes si hay alguna conocida ahí? —preguntó intrigado— mira como les sonríe para mi si que se conocen, el me dijo que llegaría alguien que conocía.
—... N-no.. ahí no hay nadie.. (...) que yo sepa que conozca.. (¡¿acaso habrán más..?! no... eso si que no..) —pensó molesta para luego ir a donde el chico estaba.
...
—(Esto es vergonzoso..) —pensó Fuutarou sonriendo— ¿entonces.. cuál es su orden?
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