soy tu GATITO MIMOSO (Javier Milei X Myriam Bregman)

4 Burra de mierd4

Javier y Myriam sabían que debían mantener sus deseos en secreto, y eso implicaba actuar como enemigos públicos mientras estaban frente a las cámaras y en entrevistas.

Aunque les resultaba difícil ocultar su atracción, estaban dispuestos a hacerlo por el bien de sus carreras políticas.

Durante el segundo debate, la tensión en el escenario era palpable.

Los medios de comunicación esperaban ver a Milei y Bregman confrontándose con sus palabras afiladas y sus ideologías enfrentadas. Y no decepcionaron.

Y a Boomrich, al cordobés y al Massa. (Nos chupan la Japi)

Bueno pasaba el debate se estaban todos re cagandose a palos bla bla bla.

Myriam no paraba de decir boludeces de socialista.Cuando Javier miró fijamente a Myriam, sus ojos brillando con un odio falso pero convincente. "Señora Bregman,""Se dice que los socialistas si supieran de economía no serían socialistas... Es tu caso Myriam" comenzó con voz firme y despectiva,

Estaba re colorada, pero nunca con la cabeza baja. Myriam le tiró un besito a Milei, se le fue de las manos. Se hacían caritas.

Durante todo el debate se ocupó de tratarlo de machirulo, y mentiroso.

Todos creyendo que estaban viendo a dos políticos enemigos luchar por sus creencias. Pero lo que no sabían era que bajo las miradas desafiantes y las palabras duras, Javier y Myriam compartían una re calentura.

Una vez que terminó el debate y las cámaras se apagaron, los dos políticos se dirigieron al baño privado.

Cerraron la puerta detrás de ellos y se miraron con una mezcla de deseo y complicidad.

Myriam rompió el silencio con voz suave, "Javier, este juego que estamos jugando en público, ¡me agota, loco!"

Javier asintió con una sonrisa pervertida, sus ojos aún cargados de deseo. "Y bueno, bancatela, es por el bien de los dos acordate que yo también tengo a mí novia, que te piensas que sos la última Coca cola del desierto? Te recuerdo que antes del desierto había un árbol de naranj..."

En ese momento, el teléfono de Javier sonó. Era una llamada de Fátima Flores, su novia. Rápidamente, silenció el teléfono y volvió su atención a Myriam.

Sin perder tiempo, Milei se acercó a la zurda, la tensión desde el debate era muy grande. Quería terminar con todo, y sobre todo quería terminar con la calentura que le viene cuando la ve a esta rubia Petera.

Desde el debate Milei lo único que quería era arrancarle esa remera blanca que bregman traía.

No dudaron ni un segundo y se besaron apasionadamente, como si estuvieran liberando toda la tensión acumulada durante la actuación pública.

Cada vez los besos se hacían más intensos hasta que Milei dejo a Myriam sin aire y Myriam susurró, "Qué difícil es fingir que te odio liberfacho. Pero igual te tengo que recordar que sos un 'machirulo' del patriarcado."

Javier la atrajo más hacia él, su voz ronca, "Y yo tengo que recordar que sos una 'zurda del mierda con olor a porro"

Sus manos recorrieron los cuerpos del otro con urgencia, Milei estaba sorprendido con el tacto que manejaba Myriam, el tacto de la rubia le había dejado una gran erección a Milei.

Pero es un machirulo que complace a su pequeña gatita.

Milei bajo sus grandes dedos hacia la intimidad de Myriam tocando suavemente por sus labios, ella estaba mojada... muy mojada. (Lo que provoca el liberalismo)

Myriam gimió suavemente, "Facho, te necesito, necesito un poco de capitalismo"

Y Milei no dudó, metió dos de sus dedos en la intimidad de la zurda de mierda. Lo hizo fuertemente, ella estaba muy apretada.

—Te gusta?—le dijo Milei mientras aumentaba la velocidad de sus dedos.

Myriam no podía emitir una palabra, estaba sorprendida por los movimientos del futuro presidente.

—En...señame que es una empresa Milei—dijo con sus últimos aires la rubia.

—Burra de mierda, sos muy m0goli**, con razón estás en frente de izquierda, por esas tetas de lechera.

A Myriam le encantaba esas palabras dulces de Milei. Se estaba por venir, con los fuertes movimientos que le estaba dando el liberal-libertario.

El baño se llenó de gemidos de bregman hasta que la puerta del baño sonó abrutamente...