Autoras: Ivonne Mendoza, D. Ancheo
Edición: L. Quinteros.
Portada: Ivonne Mendoza
Derechos reservados por el autor.
Capítulo I
Luces de neón, fuegos artificiales, un gran pastel y bastantes jóvenes aplaudiendo, es lo que se visualiza en el jardín de la mansión Mendoza, y es que se estaba llevando a cabo una de las celebraciones, más esperadas y anheladas por todos los integrantes de la familia y sus invitados. Por fin, después de cuatro largos años de estudio y sacrificios, Armando y sus compañeros, estaban finalizando su enseñanza media.
Los padres del festejado sonreían felices y orgullosos, pues el muchacho no solo había terminado su secundario, sino que además lo había acabado con honores, tenía unas calificaciones envidiables y por tanto podía optar a los estudios que quisiese, había diversidad de planes y un mundo de posibilidades, que ellos no paraban de imaginar pues sabían que esta etapa era un nuevo comienzo, tal vez el más importante para su hijo.
Armando se encuentra bailando junto a su novia, Beatriz Pinzón, a quien conoció en la preparatoria y de quien se había sentido flechado después de algún tiempo de haberse conocido, ambos tenían una relación de casi dos años y se notaba que estaban muy enamorados, a pesar de su corta edad, se respetaban y querían como si de una pareja de adultos se tratase.
Beatriz era una joven de procedencia bastante humilde, con unos padres muy trabajadores que hicieron lo posible para que ella estudiara en uno de los mejores liceos de Bogotá, además, las notas que ella tenía eran bastante altas, por lo que, en su segundo año de escolaridad, se había ganado una beca, por lo cual ya no debía pagar la mensualidad del caro establecimiento educacional.
Había terminado su secundaria con Summa Cum Laude y había sido el promedio más alto de su clase, sus padres estaban muy orgullosos de ella y ella, locamente enamorada de su novio y expectante por el futuro que la esperaba allí, en la universidad Javeriana, en donde estudiaría Economía el año siguiente.
Mientras bailaban, se sonreían mutuamente y él la abrazaba posesivamente por la cintura, mientras le susurraba la canción que en aquel momento se escuchaba a través de los parlantes, más su cara de preocupación era visible y no podía dejar de estar nervioso por lo que acontecería en unos momentos.
Una vez finalizada la canción, él la toma de la mano y la tira de ella hacia un lugar más apartado, lo que tenía que decirle era muy importante y sabía que para ella también sería crucial. Una vez llegan a su habitación buscando tranquilidad, él cierra la puerta, ella coqueta le sonríe seductora y se acerca a él, Armando, encandilado por esa sonrisa y esa mirada apasionada que ella le está lanzando, olvida por una milésima de segundos sus preocupaciones y la toma entre sus brazos comenzando a besarla con ansiedad.
Después de algunos segundos entre besos apasionados, se detiene y toma el rostro de la joven con ambas manos, para separarla un poco de él, intenta sonreír, pero solo logra hacer una mueca, por lo que ella baja de la nube en la que se encontraba y le mira preocupada, presintiendo que algo no anda del todo bien.
Él la invita a sentarse junto a él sobre la cama y ella accede silente, con el corazón latiendo de prisa, una vez sentados, se entrecruzan las miradas y es ella quien pregunta, visiblemente angustiada.
B: ¿Qué pasa? ¿Por qué te pones así?
Armando entonces carraspeó, intentando infundirse valor, se sentía entre la espada y la pared y sinceramente no sabía cómo saldría de aquella complicada situación en que la vida lo ponía
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LUCES DE NEÓN
FanfictionLuces de neón, fuegos artificiales, un gran pastel y bastantes jóvenes aplaudiendo, es lo que se visualiza en el jardín de la mansión Mendoza, y es que se estaba llevando a cabo una de las celebraciones, más esperadas y anheladas por todos los integ...