LUCES DE NEÓN

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Autoras: Ivonne Mendoza, D. Ancheo

Edición: L. Quinteros.

Portada: Ivonne Mendoza

Derechos reservados por el autor.


Capítulo XVI


Vuelve

Quiero sentirme en tus brazos

Quiero besarte los labios

Por siempre quedarme a tu lado

Vuelve

Sabes que tú me haces falta

La espera es cruel y lastima

Vuelve

Llena de amor mi vida

Cómo sacarme este amor

Que ahora es dolor

Tal vez olvidarte sea mejor

Pero no puedo engañar

A este corazón

Que espera por ti

"Vuelve"

Intérprete: Reik

El vuelo de Colombia a Londres había sido largo, extenuante y triste, su corazón estaba roto en mil pedazos y aunque los científicos digan que el corazón no duele, a ella le estaba quemando de dolor, primero por haber dejado su vida, su carrera, sus amigos, a su recién regresado hermano, y a él, a su gran amor, aquel que había dejado atrás el día que se enteró de que iba a tener un segundo hijo, aquel por el que había derramado lágrimas de impotencia cuando se casó y nació su primer hijo, debía olvidarlo, la destrozaba verlo tan feliz sin ser ella la que le causara esa felicidad.

Bien dicen que si dejas que tu amor sea feliz es porque realmente lo amas, y ella estaba absolutamente enamorada de él desde que era una adolescente, pero también entendía que su destino y su camino no eran con ella, sino que eran con su amiga Marcela y eso a ella la tenía en total calma, porque sabía que el corazón de su gran amor siempre iba a estar cuidado, protegido y amado, como si fuera ella la que lo hiciera.

Ya habían pasado muchos meses estando en el apartamento de sus papás en Londres, estudiaba incansablemente para distraer su mente, salía a caminar, y siempre trataba por todos los medios de mantener su mente ocupada para no recordar, porque si recordaba, irremediablemente lloraba, y eso siempre sucedía cuando estaba sola a punto de dormir, solo la consolaban las charlas telefónicas que tenía con sus seres queridos, menos la de aquella vez, cuando recibió la llamada de sus padres, y le dieron las noticias de él. El bebé estaba por nacer, y ya sabían que era una niña, una pequeña Esperanza, como la llamaba su amiga.

Recordó con mucha gracia el día en que su mamá y Betty le contaban el momento tan incómodo que habían pasado con la llegada de Antonella a la mansión, y sobre todo como Armando y Betty habían acordado ser los amantes silenciosos con parejas, que de silenciosos no tenían nada, ya que todos los que los conocían sabían que nada más se veían, y el fuego surgía en ellos terminando siempre por tener largas sesiones de gemidos, caricias y amor.

Recuerdo:

A: Antonella, ¿Qué haces aquí?

El grito que acompañó los saltos exagerados no se hizo esperar al ver que Armando estaba detrás de aquella mujer.

Ant: ¡¡¡ARMAAANDOOO...!!! ¡¡¡MII AMOOORRR!!! .... -se detuvo por unos momento frente a Armando después de quitar de un empujón a Betty, - ¡Qué horror Armando! ¿Qué son esos harapos que tienes puestos?, ¿olvidaste la manera en cómo te enseñé a vestir? bueno no importa ven aquí y le das un beso al amor de tu vida.

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