Capitulo 9.- Preludio de una tragedia Parte II

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Una semana más tarde después de qué Stephane me haya dejado sin ningún tipo de explicación trato de continuar mi vida, no puedo simplemente dejarme vencer así cómo tal, el hecho qué mi corazón este roto no significa qué no puedo hacerle la vida miserable a Izaak más de lo normal, así qué entré la indecisión finalmente marco el número qué un periodista estadounidense en Portugal me consiguió, el me ayudó a localizar a Henry Mendez por una modesta cantidad de dinero, aunque de modesto no tiene absolutamente nada, tuve qué pagarle diez mil dólares los cuales salieron de mi cuenta de ahorro, ahí depósito todo el dinero qué mi padre y mis abuelos me dan, no es por presumir pero tengo suficiente dinero ahorrado, un millón de dólares después de impuestos, no está nada mal para alguien qué todavía no trabaja ni es CEO de su propia empresa.

— ¿Quién habla? — Escuchó la voz de un hombre al otro lado de la línea, dado a qué tienen una perfecta pronunciación y su acento es estadounidense puedo decir a qué es Henry el padre de Izaak.

— ¡¡¡Hola Henry!!! —  Saludo con la mayor confianza qué puedo demostrar, porqué si bien no tengo miedo, ni nada por el estilo, si me resulta un tanto incómodo hablar con el padre de la persona qué más odio en este mundo — Habla Axel Adams, estoy bastante seguro qué sabes quién soy o has escuchado acerca de mi.

— Axel Adams, pero por supuesto qué se quién eres, es imposible no recordar a ese niño odioso del jardín de niños, el hijo de Edward Adams — Si, definitivamente Henry recuerda perfectamente a todos y cada uno de nosotros — ¿A qué se debe el honor de tú llamada inesperada? Nada bueno supongo viniendo de alguien tan perverso cómo tú.

Ignoro tus respuestas tan ácidas, también soy inteligente y se perfectamente lo qué está haciendo, tratar de hacerme enojar y no lo va a lograr, además no está entré mis planes hacer qué el hombre se enoje, bien dicen un proverbio árabe "El enemigo de mi enemigo es mi amigo" y no hay enemigo más grande de Izaak qué su propio padre, por lo qué se el hombre no soporta a su hijo, fue uno de los motivos por el cuál Irina huyó de San Francisco, porqué Henry le dio una paliza terrible a un Izaak de cuatro años qué estuvo a punto de asesinarlo o al menos es lo qué he logrado averiguar.

— Si, exactamente soy ese.

— ¿Por qué estás llamando? Supe por ese periodista qué estabas tratando de localizarme, así qué intuyo qué hay algo importante qué quieres decirme.

— ¿El periodista te dijo qué yo te estaba buscando?.

— Si, lo hizo, es esposo de mi hermana, así qué el no dudo en decirme qué había un chico de San Francisco buscándome, en cuanto me dijo quien eras acepté qué te diera mi número.

— Intuyo qué estás en California por la lada de tú número.

— Chico listo, pensé qué no lo habías notado, así es, de hecho estoy aquí en San Francisco.

Eso me sorprende enormemente debo decirlo, no esperaba tal información.

— Bueno si estás en San Francisco te parece qué nos reunamos para hablar en persona.

— Claro, no veo por qué no, tú eliges el día, la hora y el lugar.

— Hay un café en el distrito empresarial, se llama "Café Reyes" podemos reunirnos ahí si te parece mañana a las cinco de la tarde

— Si, lo conozco, entonces te veré ahí mañana Axel Adams.

El hombre corta la llamada, así qué me quedo pensando en lo qué acabo de hacer, no tengo miedo, ni estoy nervioso, solamente qué me resulta emocionante conocer la historia de Izaak no porqué me importe ese perdedor, si no qué porqué entre más conozca a mi enemigo, tendré más formas de destruirlo, camino por los pasillos de la universidad, aún pienso en qué Stephane se marcho sin darme ningún tipo de explicación, aún me duele, creó qué es algo cruel y sin corazón, pero eso no significa qué vaya a mostrarme dolido o derrotado.

"Axel" (Gay) © EN PAUSA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora