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“Esta es una historia ancestral que ocurrió cuando los mundos humano y espiritual no se habían separado.
Los caballeros Sacros los defensores del reino unieron fuerzas con otras razas.
Erradicando así a los terribles demonios, y ahora pocos recuerdan ya aquellos días.
Se cuenta que hubieron ocho almas que traicionaron al reino.
Se les conoce como, los ocho pecados capitales.”
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(intento de edit no me funen)
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Torneo de Lucha de Vaizel.
Una mujer de cabello largo y negro con un vestido morado y un sombrero del mismo color caminaba por el lugar intentado pasar desapercibida entre la gente para que no la reconocieran pero el tatuaje carmesí que tenía en su mejilla la delataba pero su cabello lo ocultaba apenas.
Luego de visitar la Necrópolis su siguiente parada fue Vaizel escucho que abría un torneo de lucha y eso a la morena le fascinaba, si tan solo estuviera en compania de Ban.
—Así que aquí está el Tesoro Sagrado de Diane.—Robin sonrió—menos mal que yo tengo aún el mío—miro a Arachne su látigo
—los torneos de lucha, no son para señoritas como usted —Una voz masculina se hizo presente en el lugar
Robin dejo se mirar a Gideon el Martillo de su compañera para ahora buscar al dueño de la voz, al voltearse se encontró con un hombre rubio, musculoso muy atractivo a decir verdad pero no tanto como Ban y por lo que pudo deducir era un caballero sacro.
Sentía que lo conocía pero debía estar segura.
Robin solto una risita —me ofende, caballero—exclamo—creia que subestimar a las mujeres había quedado en el pasado—
