AJEMS : EL PRODIGIO

Capítulo #2: No lo creo, es imposible

La profesora comienza a sacar a los estudiantes del curso, Josué estaba conversando con Jefferson —¿Tú crees que les hayan avisado a nuestros padres? Ojalá que sí, porque no pienso quedarme aquí en la escuela esperando mucho tiempo— Jefferson se ríe y le responde -Claro que vendrá, hay que esperar un poco, por cierto la chica nueva se me hace familiar, no sé donde ya la habré visto, pero siento en mi interior que ya la conocí antes- Pasa el tiempo y los últimos estudiantes que quedaron en el colegio, son Jefferson, Josué y otro estudiante, Jefferson estaba quedándose dormido hasta que escucha un sonido, era el automóvil de su padre, rápidamente se despide de Josué para irse. Esperaba minutos más, hasta que la profesora le dijo a Josué -Si no llegan en 20 minutos, te llevaré en mi carro para tu casa, permanece calmado- Josué opinó que sería buena idea salir de la escuela un rato aprovechando que los guardias estaban la puerta principal, Josué camina hacia la pared de atrás de la escuela, la salta, gracias a una silla que estaba cerca, logra cruzar al otro lado y va hacia el bosque que quedaba cerca, explora un poco, "Que genial es el bosque, quisiera quedarme viviendo aquí, voy a estar urato en el río, para refrescarme un poco la cara", Josué fue hacia el río y recogió un poco de agua, un viento venía muy fuerte y de repente comenzó a temblar el suelo, tropezó con una piedra y cayó en el agua por la corriente, trato de hacer ruido, pero cada vez que abría la boca, el agua se adentraba, trato de sujetarse de las rocas, pero eran muy resbalosas, hasta que vio un animal bajo el agua y se desmayó del miedo. Despertó en una cama con un suero alado, "¿Dónde estoy?, recuerdo que un animal me iba a comer y me terminaría muriendo devorado por ese animal" -Hola, veo que ya has despertado, un gusto, soy el Sr. Jack, vi que estabas tirado en una orilla del río cuando fui a obtener agua, tu mano estaba sangrando y tu cabeza tenía un moretón bastante notorio, por eso te traje hasta aquí y te estás recuperando poco a poco- Josué se sorprendió y quiso sacarse los tubos por donde pasaba el suero, pero una voz entrando al cuarto lo detiene -Josué, ¿Eres tú?- Josué se voltea y estaba boquiabierto, no podía creer lo que estaba viendo. —No lo creo, ¡Es imposible!—