El agua ondulante del río parecía sangrienta y escarlata con un hedor a muerte. En un abrir y cerrar de ojos, atrajo a la gente de la costa ya los pescadores que vivían aquí. Qin Yunuan y Leng Changxi se miraron y retrocedieron en silencio, observando la reacción de los aldeanos.
Muchos cadáveres que estaban a punto de descomponerse también flotaron desde la parte superior del río llenos de agua ensangrentada. Entre los cadáveres flotantes no sólo había soldados con armaduras, sino también muchos civiles inocentes. A algunos de ellos les cortaron las manos y los pies, mientras que a otros incluso les cortaron la cabeza por razones desconocidas. Varios cuerpos mutilados y extremidades discretas flotaban sin rumbo en el agua, que parecía aterradora.
Los aldeanos inmediatamente hablaron de ello y algunas personas se fueron rápidamente para buscar a alguien que pudiera mirar más de cerca.
El cojo Zhang estaba al frente, "Maldita sea. ¿Qué está sucediendo? El agua está así ahora. Me temo que no habrá peces hasta dentro de tres o cuatro meses".
El viejo jefe de la aldea miró al cojo Zhang y entrecerró los ojos: "Solo te preocupas por los peces, pero no te importa lo que suceda en los tramos superiores. Si lo que dijo el general Leng era cierto de que los campamentos militares del Príncipe Ray estaban en los tramos superiores, entonces debería reunirse a los jefes de las aldeas circundantes para hablar con el Príncipe Ray".
"¿Funcionará?" Leng Changxi arrojó una manta mojada sobre su plan sin piedad. "Si estaba realmente asustado, ¿cómo pudo haber arrojado los cadáveres al agua de manera tan descarada? Además, hay muchísimos civiles inocentes allí".
El viejo jefe de la aldea frunció el ceño y no dijo nada, y la gente a su alrededor comenzó una intensa discusión. Los chismes eran algo temible, por lo que este asunto no podía soportar ninguna demora.
Justo cuando el viejo jefe de la aldea fruncía el ceño y le costaba decidirse, un aldeano con zapatos de paja que corría desde la entrada de la aldea rodó varias veces por el suelo y corrió directamente hacia el jefe de la aldea desde la ladera.
"¡Señor, algo anda mal! La gente de fuera de nuestra aldea vino a reclutar soldados, diciendo que todos los hombres fuertes de la aldea entre 16 y 40 años debían ser alistados".
¿Debe? ¡No se trata de reclutar soldados sino de obligar a civiles!
Qin Yunuan y Leng Changxi se miraron y Qin Yunuan tomó la iniciativa de preguntar: "¿Quién los envió aquí para reclutar soldados?"
El hombre bajo que informó la noticia sacudió la cabeza y escupió con fuerza, diciendo: "¿Quién más puede ser? ¡Somos gente de Qi, por lo que West Xia no nos creerá y vendrá a reclutar soldados en Qi! ¡Son sólo la gente de Prince Ray!
El periodista no conocía las identidades de Qin Yunuan y Leng Changxi, por lo que habló sin dudarlo. El viejo jefe de la aldea simplemente asintió y luego preguntó: "¿Cuándo es la fecha límite?"
El joven que informó la noticia ladeó la cabeza: "Tres días después". Luego suspiró seriamente: "Tío, creo que esta vez el Príncipe Ray irrumpe con toda furia. Me temo que nos será imposible escapar. Escuché que alguna aldea no estaba dispuesta a entregar a los hombres fuertes obstinadamente, por lo que todos los aldeanos fueron masacrados y sus cadáveres fueron directamente mutilados y arrojados al río Sui. No consiguieron una tumba. Es sólo el pueblo que tenía negocios de seda con nuestro pueblo en los tramos superiores".
Dijo el joven y miró hacia el río. Cuando vio el agua del río rojo y los cadáveres, de repente se sintió enfermo y quiso desahogar algo inexplicablemente.
Entonces aquellos que no quisieran unirse al ejército correrían la misma suerte con los cadáveres.
Fue casi un shock. Todos no pudieron evitar sentirse asustados. Sima Ray realmente no tenía resultados en este momento.
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Extraordinaria Hija De Una Concubina
Romance¿Qué harías si pudieras reiniciar tu vida? Qin Yunuan, hija de una concubina de una familia noble, decide vengarse. Ha perdido a su madre, su belleza y su vida servil, pero la esposa de su padre y su media hermana mayor todavía no la dejan ir.
