Capítulo 1: ¿Secretos?

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Narra Megan

- ¿Ya leyeron la nueva novela de Lilith? - Dice una chica rubia en el salón, mostrando su libro - Es tan erótica.

- Lilith debe ser Bellísima - Cotillean - Y debe ser una reina en el sexo.

La ruidosa conversación de las chicas de salón, me distrae por un momento, pero sigo adelante haciendo notas del material de la clase, mi bolsillo vibra y al revisar mi celular, me llega un mensaje de mi editor:

H.S: ¿Como vas Angelito? ¿Cuándo tendrás lista la historia?

En un mes, estoy buscando inspiración para el final.

H.S: Apresúrate, tienes plazo límite para la corrección.

Fin del chat

Si la universidad se enterara que la tranquila y estudiante destacada, es la mayor novelista erótica del momento, se les zafa la mandíbula.

Llevo 6 años escribiendo, comencé a los 18 años como un pasatiempo, a los 20 años mi primer libro fue publicado de forma anónima en diferentes Blog, ya estaba en mi segundo año de carrera y no quería arriesgarme a que se asociara aquel contenido con mi persona directamente, ahora con 24 años estoy en mi último año de carrera, mis libros se han hecho mucho más famosos de lo que jamás había esperado, y hasta ahora, solo saben 2 personas; mi mamá y mi mejor amiga Mallet. Fue una vergüenza contarle a la primera, pero debía explicarle de dónde salió el dinero para pagar la carrera y el departamento en el que vivo por mi propia cuenta o hubiera pensado que estoy en malos pasos.

Amo a mi madre, pero se casó hace poco y se merecía privacidad, la muerte de mi padre la deprimió mucho tiempo y su nueva pareja la hace tan feliz como se merece y tiene que vivir una etapa de luna de miel, que incluya sexo el cual no quiero descubrir y por eso decidí mudarme cerca de la universidad y dejarles disfrutar de su relación.

Este año ha sido una locura, mis novelas están en su Máximo ranking y necesito innovar, algo más intenso. Mis experiencias sexuales han sido casuales y para nada emocionantes, como narro en mis historias. Lo he intentado últimamente, pero entre calzar mis horarios de juntas sexuales, escribir novelas, estudiar e ir a la facultad. Estoy muriendo de cansancio y a pesar de lo arriesgado he decido portar mi agenda de bosquejo en la universidad para poder avanzar en la historia durante mis tiempos libres.

Hace una semana

Mierda, voy tarde.

No tengo otra opción, no me encanta mentir, pero no pienso manchar mi reputación de alumna perfecta. Antes de ingresar al salón, arreglo mi falda de tablas, blanca y mi blusa negra, con una chaqueta de jeans clara. Predispongo mi cabello, tapando mi cuello, restriego mis ojos para que parezca que hubiera llorado y bajo mi mirada.

Abro la puerta del salón, porque si toco, no van a responder, al entrar todos los ojos se posan en mí.

- Señorita Megan, el horario de ingreso ya se cerró - Dice el profesor Ronely - Así que salga.

Me acerco al profesor a pesar de la advertencia y lo miro para mostrarle mis ojos llorosos, lo cual llama su atención.

- Profeso mi madre enfermó de repente y no pude llegar antes - Susurro - Esta sería la primera clase a la que no podría entrar, no quiero decepcionar a mi mamá - Susurro con la voz entrecortada.

Perdón madre mía, pero es por una buena causa. ¿Sería mortal si tengo una falta? Absolutamente no, pero se vería increíble en mi curriculum decir que no tengo faltas universitarias y tengo que demostrar que soy una excelente prodigio, si es que quiero hacerme cargo de la firma de abogados de mi padre, antes que se vaya a la quiebra.

A Lilith no la tocó un ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora