Lejos, estoy mejor

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La distancia entre nosotros, aunque dolorosa, me ha llevado a una revelación que nunca esperé: de lejos, estoy mejor. En la ausencia de tu presencia física, he encontrado una especie de paz y claridad que antes no conocía.

Cuando estábamos juntos, nuestras vidas estaban llenas de altibajos emocionales, conflictos y desafíos que parecían insuperables. Pero ahora, desde la distancia, veo que esa separación es como un bálsamo para nuestras almas heridas.

La ausencia de tu cercanía física me ha permitido enfocarme en mí mismo, en mis sueños y en mi crecimiento personal. He aprendido a encontrar la felicidad en las pequeñas cosas y a disfrutar de mi propia compañía. No más noches en vela tratando de resolver problemas interminables, sino un espacio para respirar y encontrar mi propio ritmo.

Esta distancia también me ha dado una perspectiva más clara de nuestra relación. Puedo ver los patrones tóxicos que solían controlarnos y cómo afectaban nuestra felicidad. Ahora, puedo elegir cuidadosamente cómo quiero que sea mi vida, sin ser arrastrado por las mareas de la inestabilidad emocional.

No es que el amor haya desaparecido, porque sigue ardiendo en lo más profundo de mi ser. Pero este amor es ahora un amor que me nutre a mí mismo, en lugar de drenarme. Desde lejos, puedo amarte de una manera más sana y aprender a cuidarme a mí mismo.

Tan dentro de mí pero muertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora