Ábreme la puerta, Sialia.

Mil coincidencias

-Sorpresa!!!!

-Que pasa Samuel!- dije mientras lo miraba un poco impaciente y me estrujaba los ojos.

-Adivina quién se graduó y volverá al país a verte hoy- dijo mi amigo Samuel con una sonrisa de oreja a oreja mientras esperaba mi respuesta.

-No te creo!!- dije sonriendo mientras me levantaba y lanzaba grititos de felicidad silenciosos para no llamar la atención de mis padres.

-Pues sí y espero que te prepares para la noticia que te tengo que dar- dijo sonriéndome malvadamente.

-Me asustas, que estás planeando ahora Sami ? - dije con una ceja enarcada mirando su gran sonrisa.

-Solo espera y sabrás Emmie, solo espera- dijo con una gran sonrisa con expresión sospechosa.

-Ya dímelo Samuel!!- dije mientras lo miraba esperando una respuesta.

- Luego te cuento- dijo con una pequeña sonrisa- y... cómo estan tus padres ?- dijo cambiando de tema.

No me cambies de tema!- dije mirándolo con cara de fastidio.

-Cuando vuelva te cuento con lujos y detalles- dijo perdiendo la paciencia.

-Esta bien, está bien- dije poniendo los ojos en blanco y accediendo.

-Bueno tengo que dejarte, tengo que preparar mis maletas, hablamos luego- dijo sonriendo y colgando la llamada dejándome hablando sola.

-Samuel responde!!!- me quedé mirando mi teléfono indignada.

No puedo creer que me hayan colgado la llamada ya dos veces esta semana y dejado con la duda, enserio que me las vengaré con esos dos.

Me levanté y puse mi teléfono sobre la mesa mientras me dirigía al baño cantando una de mis canciones favoritas de Ariana Grande.

Entré al baño al baño tan apresurada al darme cuenta que se hacía tarde para ir al gimnasio. Ya hacía un mes que iba a ese gimnasio y aún no así no me acostumbraba a levantarme temprano. Salí de la ducha estrujandome los ojos. Estaba tan cansada que al salir de la ducha no noté que el piso estaba un poco mojado y resbaloso que de inmediato caí al suelo.

El sonido causado por la caída fué tan fuerte que mi mamá subió rápidamente con cara de preocupación.

-¿ Que pasó Emmie ?- preguntaba mi mamá mientras yo me sobaba un brazo y trataba de disimular.

-No ha pasado nada- decía mientras simulaba leer la botella de mi jabón.

-¿ Y ese ruido ?- enarcaba una ceja.

-Emm, el desayuno está listo ?- dije con una sonrisa y llevandomela para el comedor mientras ella me miraba confundida.

Ya al llegar al comedor me quedé asombrada al ver a mi papá desayunar tan tranquilo sin llamadas ni papeles.

- Buenos días princesita- dijo al verme con una gran sonrisa en su rostro y levantándose de su silla.

-Papá!!- se reía él- ya soy grande, ves ?- dije comparandome con su altura.

Mi papá era un hombre de gran estatura, parecido a un guardaespaldas por su cuerpo ya que trabajó en el ejército durante varios años y después de terminar su trabajo tuvo que volver a hacerse cargo de la empresa de mi abuela pues ella ya era una señora mayor y estaba enferma.

-No, tu eres mi pequeña- decia mientras me abrazaba y se reía.

-Pa!! -dije tratando de soltarme de su abrazo de oso- tengo que irme al gimnasio- seguí hablando.