Un helado contigo

776 79 38
                                    

Ahh, las vacaciones cercanas solo me recuerdan que no volveré a la escuela, no más madrugar y no más tareas, unas vacaciones y tiempo para mí. No pienso volver a la escuela jamas.

Claro, hasta la graduación.

¡Rrriiing rrriing!— era mi celular con ese tonto tono de llamada, ya creo que definitivamente me he hartado de él.

Tomé mi celular sin ni siquiera interesarme en ver quién era, ya que podría saber quién era.

—Emmie!!!—sonaba mi amiga Grace enojada mientras yo casi suelto el teléfono del susto.

— Como te atreves a no contestar mis llamadas ?, te he estado llamando hace horas— dijo enojada y indignada al mismo tiempo.

—Disculpa, estaba ordenando mi armario de ropas— le dije con una pequeña sonrisa en el rostro, que aunque no se veía creo que la llegó a distinguir.

—No me vengas con tus cuentos chinos Emma Conner Jones— dijo ella mientras se reía a carcajadas.

—Porque me llamabas ?— dije con una ceja enarcada.

—Ahh sii, te llamaba para ver si querías salir a la nueva heladeria a dos cuadras de tu casa— dijo emocionada— dice que son ricos... los helados.

—Grace! —dije mientras ella se reía.

—Llegaré en 5 minutos— dijo colgando la llamada sin siquiera darme tiempo para responder.

Me cambié mi ropa de casa lo más rápido posible y me quité mis viejos lentes con aves pintadas que casi nunca me los ponía porque parecían muy infantiles, no es que no me gustarán, sino que no parecían bien para usarlos una chica que está a solo dos semanas de graduarse.

Me lavé la cara mientras pensaba donde había dejado mis lentes de contacto que siempre era un problema buscarlos en mi habitación.

Unos momentos después escuché una bocina de auto bajo mi casa, mire por la ventana y vi una chica morena borrosa, pelo castaño ondulado algo impaciente, claramente era Grace cómo siempre tan impaciente.

Me puse mis lentes de contacto y bajé las limpias pero largas escaleras de mi casa hasta llegar y ver a mis padres siempre tan ocupados haciendo llamadas y firmando papeles, le sonreí a mi madre que me miraba y le hacía gestos de que venía en unos minutos, ellos asistieron.

Siempre tan ocupados, no era que no me gustara que trabajen sino que me gustaban esos momentos en que conversamos sin prisa y salíamos a comer todos juntos, en verdad no sabía que iba a extrañar que saliéramos los cuatro incluyendo a mi hermano hasta que él se fue a una academia de fútbol en Brasil por su sueño.

Al salir Grace me recibió con cara de emoción tomándome del brazo y llevandome a su auto.

—Por fin sales, que tanto hacías ? Emmie! — dijo suspirando mientras encendía el auto y esbozaba una pequeña sonrisa.

—No mucho— le dije mientras me reía para mí misma.

—No mucho ?, me imagino que está vez no encontrabas algo de nuevo— me dijo mientras se reía a carcajadas.

Le puse los ojos en blanco mientras ella se seguía riendo a carcajadas y nos dirigíamos a la heladería.

Al llegar a la heladería lo primero que vi fué en cartel gigante que traía una imagen de un niño con un banana split en su mesa a punto de comérselo y un ave llevándose la cereza. También afuera habían mesas con sombrillas y colores bien llamativos en las paredes. Decimos entrar.

Al entrar era aún mejor, un delicioso aroma dulce me llamaba al mostrador  y habían unas hermosas pinturas de paisajes naturales. Creo que eso era lo que llamaba más la atención.

Ábreme la puerta, Sialia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora