hamburguesas y anillos

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De sus labios escapó un nuevo suspiro mientras caminaba por el centro comercial.


Podía sentir su estómago girar en diferentes direcciones, como si de una exprimidora se tratase, revolviendo su interior y provocándole náuseas en cada paso que daba. Todo eso gracias a los nervios.

Aún así de manera obstinada no se había detenido en todo el camino, dirigiéndose a ese lugar sin ninguna parada de por medio.


Ser impulsivo era algo suyo, él había luchado en varias guerras y siempre podías verlo entrometiéndose en medio de un lugar peligroso solo para ayudar a alguien malherido. También podías encontrarlo a veces defendiendo a alguien que está siendo molestado, impulsándose en medio de la conservación como si hubiera pertenecido a ella desde un principio.


Y esa misma impulsividad podría ser la detonante que le había traído hasta este punto de su vida, dónde a sus 26 años estaba camino a la joyería para comprarle un anillo de matrimonio al amor de su vida. Después de todo cuando escucho a Nico Di Angelo en medio de la guerra hablando sobre el rechazo que supuestamente todos le tenían no pudo evitar ser impulsivo, hablando de su propio interés de ser su amigo y de su deseo/orden de que permaneciera en el campamento. Y en el momento que todo lo negro de la batalla se disipó y Nico se acercó a él para decirle que se quedaría, el mismo impulso le llevo a obligarlo a permanecer tres días en la enfermería.


Empezando así su amistad, que más adelante evolucionó en un romance y noviazgo bastante hermoso y agradable. A veces también tormentoso, lleno de enfados por falta de comunicación y enojos sin sentido entre ellos. Pero al final, como toda pareja enamorada obstinada a permanecer junta aprendieron a lidiar con esas diferencias, abriéndose al otro y acomodando su vida al lado del contrario.
Luego que ambos resolvieran sus conflictos y terminarán la misión del Tartaro su romance creció y junto a las chocobolitas terminaron siendo una pequeña familia para nada normal que se mudo a la nueva Roma para empezar al igual que está, una nueva etapa de sus vidas. Ambos asistieron a la universidad y mientras Nico se graduaba Will estaba finalizando su especialidad, acomodando horarios para convivir pues incluso viviendo juntos era bastante complicado tener tiempo de calidad con alguien que pasaba casi 24/7 en clases.


Y ahora, luego de casi diez años de noviazgo Will quería pedirle a Nico que se convirtiera en su esposo. Así que con esa idea en mente se dirigió a la joyería, totalmente guiado por el mismo impulso que le caracterizaba.


Cuando salió de la tienda con su nueva compra en una caja solo pudo suspirar de alivio, aunque no uno muy duradero porque ahora venía lo más difícil. Preparar una buena propuesta.


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Volvió a casa tratando de formar una idea en su mente. Al principio pensó en una cena pero Nico era alguien un poco reservado así que pedir su mano en un lugar público y con mucha gente alrededor quizá no fuera muy de su agrado. Pensó en otras cosas y decidió que podría preparar una cena, pero más reservada y en casa. Así que con ayuda de Piper, quien estaba de visita en Nueva Roma, planeo algo un poco más sencillo y de paso una manera de tener a Nico fuera durante el día.
—Y entonces, ese es el plan ¿Puedes hacerlo?


Piper sonrío.


—Sin problemas, yo lo sacaré de aquí mientras preparas todo. Solo avísame un día antes.

Fantober DemigodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora