HOUSE OF BLACK || Theodore Nott fanfic!
"Ser una Black digna de su apellido".
Madelyn siempre había tenido esos pensamientos, especialmente al recordar que su padre, Sirius Black, traicionó el legado familiar al irse a los Potter.
Detrás del árbol...
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CAPÍTULO DIECISIETE «Invitaciones»
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El inicio de diciembre había traído consigo un vendaval helado a Hogwarts, azotando el castillo con ráfagas de viento y una persistente lluvia helada. Aunque el castillo siempre se mantenía frío durante el invierno, las corrientes de aire parecían intensificarse, colándose por cada rendija y haciendo temblar los tapices en los pasillos, como fantasmas que susurraban secretos antiguos.
Madelyn, con una bufanda de lana verde esmeralda enrollada varias veces alrededor del cuello y las manos metidas en los bolsillos de su túnica, se dirigía al Gran Comedor para desayunar. Al llegar, la vista del techo encantado, ahora mostrando un cielo gris plomizo y amenazante, le recordó la crudeza del clima.
Se sentó junto a Pansy, quien estaba absorta en la lectura de El Profeta, su ceño fruncido y los labios apretados denotando su profundo disgusto. Daphne Greengrass, con su habitual elegancia, estaba sentada frente a ellas, hojeando una revista de moda mágica, pero con la mirada fija en el periódico que Pansy tenía sobre la mesa, su curiosidad apenas disimulada.
—¿Por qué esa cara larga, Pansy? —preguntó Madelyn, tomando una tostada y untándola con mermelada de naranja—. ¿Acaso vieron a Draco resbalar en el patio y caer de bruces? Sería un espectáculo digno de ver.
Pansy dejó caer el periódico sobre la mesa con un golpe seco, haciendo que Daphne levantara la vista de su revista. Sus ojos oscuros brillaban con indignación.
—¿Leíste El Profeta?
—No, ¿por qué? —se sirvió jugo de calabaza, observando la expresión de su amiga con creciente curiosidad.
Daphne, mientras tanto, había dejado su revista a un lado, inclinándose ligeramente hacia adelante para escuchar la conversación.
—Rita Skeeter, esa arpía chismosa, ha publicado un artículo sobre Granger —espetó Pansy, señalando el periódico con un dedo acusador, como si fuera una daga.
