Prólogo

63 8 29
                                    

Un bostezo pesado escapó de mi boca y una pequeña lágrima de mi ojo, observé el cielo y maldije al ver que estaba anocheciendo. Si bien es lindo el atardecer, no creo que lo sea tanto cuando tengo que volver caminando a mi casa. Justo hoy tenía que tener el día más jodidamente horrible. No pude dormir casi nada por más que enserio lo intenté, aún con una hora de sueño tuve que ir a clases de educación física luego salir para ir a mis talleres, luego no me dejaron dormir porque tenía que limpiar la casa, discutí con mi madre porque piensa que a mí me gusta estar muerta de sueño y que no duermo a propósito, mi única amiga de la escuela faltó y lo primero que tuve que hacer apenas llegué fue ir al tercer piso para dar mi materia más odiada. Estuve a nada de tirarme desde ahí.

Comencé a caminar, pues no vaya a ser que alguien peligroso se acerque luego. Moví un mechón de cabello detrás de mi oreja antes de quedarme quieta en la esquina de una calle, esperando a que dé luz verde para cruzar. Saqué mi celular para verificar que no haya ningún mensaje importante. Aunque no sé si indirectamente espero a que mamá se disculpe. Es decir, es orgullosa y tal vez algo terca—Por no decir muy—, y no sé si lo saqué de ella. ¿Debería disculparme? Después de todo, también es mi culpa por no decirle lo que me pasa en totalidad. Sin embargo, quiero pensar que debe tener un poco de paciencia conmigo, muy apenas soy sinceramente aceptable conmigo misma. Suspiré con frustración. El sonido de aves cantando llamó mi atención, haciendo que desvíe mi mirada hasta un nido donde una mamá pájaro alimentaba a sus crías. Inconscientemente, no pude evitar sonreír. Tal como yo le pido paciencia, tal vez puedo tenerle un poco. Al ser la mayor, normalmente experimenta las primeras nuevas cosas conmigo, soy su primer hija adolescente y en un futuro tal vez se entienda mejor con mis hermanos menores. Debo tener paciencia, también está aprendiendo.

Abrí su chat y no tardé en comenzar a escribir un «Lo lamento». Es un buen comienzo si me lo dicen a mí. Sin embrago, apenas lo envío ya es visto. Noto que comienza a escribir y luego se detiene, graba audios y se detiene. ¿Será que me falla la red?, no creo. Tal vez no sabe qué decir, puedo empezar por ella, supongo. Iba a escribir nuevamente pero me sorprendo de recibir una llamada junto a su foto de perfil y «Mami» en el nombre. Me puse algo nerviosa pero respiré un poco, subí la mirada y noté que ya podía pasar a la otra callé, atendí mientras daba un paso.

—¿Mami? —Escucho que está del otro lado, o al menos distingo su respiración, y trata de decir algo pero las palabras no le salen de la boca—. Mira, lamento mucho haberte gritado, sé que esto también es duro para ti porque solo quieres cuidarme, pero yo no controlo esto, y he tratado de todo. Me gustaría que tengas más paciencia conmigo con esto de no saber manejar mis horarios de sueño. Solo tengo trece, y sé que quieres llevarme por el mejor camino que puedas darme, pero yo también quiero tomar mis rutas, con tu ayuda y apoyo, pero también paciencia, te amo y mucho, lo sabes.

Silencio nuevamente.  Sin embargo, consigo distinguir un sollozo. No sé si es bueno o malo, pero un peso se salió de encima de mis hombros. Algo en mí ya está mejor al soltar eso de mi pecho, pero mi felicidad rápidamente cambia cuando volteo rápidamente al escuchar un camión acercarse. Abro mis ojos al ver a un enorme cambio frente mío con las luces alumbrando mi rostro. Todo pasó en cuestión de segundos.

—¡¿Sidney?! ¿Hola?, soy mamá, ¿estás ahí?, ¿vendrás a casa? —Es lo último que llego a escuchar del teléfono que aterrizó cerca de mi cabeza, con mi cabello sobre él. Miraba el cielo, quería mover mi cabeza para ver algo pero todo comenzó a escucharse mal, no entendía nada de las personas que corrían hacia mí y ni de mamá.

Solo miraba al cielo. ¿Siempre fue así de brillante y bonito?, ¿por qué nunca me tomé el tiempo de verlo con más atención?, ¿qué hubiese pasado si por lo menos en una tarde yo hubiese ido a ver el cielo con algún ser querido? Mis párpados se sienten pesados y de una vez se cierran, para luego observar un espacio completamente oscuro y negro ante mis ojos. Ya no me dolía.

The Secret DaughterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora