Lujuria -Draco Malfoy.

•Capítulo 2•

—Dime que estás bromeando -dijo Tessa-

—Ojalá fuera una broma, yo no sé cómo no despertaste con todos los gritos -hablé mientras me maquillaba-

—Con razón el desayuno fue incómodo

—¿Incómodo? fue mucho más que eso, Scorpius no dijo ni una sola palabra, me preocupa

—Scorpius cambió mucho desde que falleció su madre, pero igual siempre estuvimos ahí con él

—Obviamente cambió, el hecho de perder a tú madre debe ser muy fuerte, y si estuvimos con él, pero no fue suficiente -acomodé mi cabello-

—Cambiando el tema -se acercó a mí y corrió mi cabello hacia un lado- ¿Eso quién te lo hizo? -apuntó mi cuello-

—Recordé lo de anoche— ¿Qué cosa? -me miré al espejo fingiendo estar sorprendida-

—Jade Potter te conozco desde los 11 años, a mi no me vas a engañar -se cruzó de brazos y arqueó una ceja-

—De verdad no sabía que tenía algo en el cuello

—Ajá ¿Fue Matthew?

—Sí -jugué con mis dedos-

—¡Lo sabía!

—En mi defensa tú te quedaste dormida y cuando estoy sola hago estupideces, pero valió la pena -sonreí-

—¿Te gusta? -preguntó-

—Claro que no, mis ojos están puestos en ese hombre de 42 años con el pelo rubio platinado, de un metro ochenta llamado Draco Malfoy

—Como digas...

—¡Eso no te conté! no me vas a creer, ayer una de las tantas veces que me lo topé me miró los pechos y no sabes qué dijo

—¿Qué dijo?

—Mira me estaba mirando mucho y yo le pregunté que miraba o algo así y me respondió, he escuchado a Scorpius decir algunas cosas de ti y tiene razón y ahí literalmente clavó su mirada en mi escote -tomé a Tessa de la mano y di pequeños saltos-

—Es un gran avance, aunque siendo sincera, si no te mirara los pechos sería un imbécil o una persona con gran fuerza de voluntad

—¿Qué por qué?

—¿Cómo qué por qué?, o sea Jade tienes dos melones, hasta a mí se me va la mirada -habló y rió-

—Cállate lesbiana -le di un pequeño empujón para luego reírme-

—No me empujes asaltatumbas -me devolvió el empujón-

—¿Bajamos?

—Sí, ah espera -me acomodó el cabello de manera que no se vieran las marcas- no queremos que sospechen algo

—Se me había olvidado -me miré e el espejo y bajamos-

—Me gusta mucho el color de tu cabello

—¿De verdad te gusta o solo es porque es igual al de Rose? -crucé los brazos-

—De verdad me gusta -respondió- y ya no me recuerdes a Rose -suspiró-

—Supérala, no te merece

—Malditas mujeres no saben querer

—Cuando volvamos a Hogwarts de seguro vas a conocer a alguien más, tranquila -le acaricié el hombro-

—¿Y esas caras? ¿Estamos en un funeral o qué? -preguntó Zion llegando-

—Cállate Zion -Tessa le levantó el dedo-