Arcoiris ┆ ☾ Wrothesley x Neuvillette ☽

3.- Rosado

El color rosado podría ser quizás uno de los colores al cual se le adjudican más significados.

Para algunos simboliza la inocencia, la amabilidad, la ternura. Pero en su mayoría, las personas piensan en el amor al ver el color rosado.

No el amor en su totalidad, sino esa etapa inicial e inocente del afecto cuanto todo es nuevo y emocionante. Cuando incluso cruzar miradas con esa persona hace latir tu corazón sin control.

Por ese motivo, cuando el amor empezó a florecer entre ambos, sus días fueron rosados.

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El domingo por la mañana, lo primero que su señoría hizo apenas despertarse fue dirigirse a pasos rápidos a la biblioteca de su residencia.

Tomó un libro tras otro y, haciendo uso de sus habilidades de lectura rápida perfeccionadas durante sus 400 años de vida, leyó por encima diversos libros esperando encontrar la respuesta que buscaba.

El secreto para devorar esos libros de biología y medicina como si de cuentos infantiles se trataran fue buscar simplemente un par de palabras clave tales como "corazón", "latidos", "rápido".

Todo lo que encontraba parecía indicar que se encontraba frente a una afección cardíaca con consecuencias terribles y quizás hasta letales, sin embargo, autodiagnosticarse nunca era la opción correcta y decidió que, de ser posible, pediría ser examinado por Sigewinne durante su paso por el Fuerte Merópide más tarde.

Cuando estaba a punto de salir de su enorme biblioteca personal notó que un libro se había caído de un estante. Su señoría era un maniático del orden por lo que no pudo ignorarlo y lo tomó entre sus manos.

El nombre del libro era "El Corazón de Aguaclara", y al observar la portada notó que no podía recordarla, lo que significaba que no lo había leído con anterioridad. Era un libro realmente corto, por lo que no le pareció correcto solo guardarlo sin leerlo antes, así que decidió hacerlo.

El escrito narraba la historia de un ser inmortal, un hada del manantial, que siempre había estado sola. No tenía amigos, tampoco familia, ni siquiera conciencia. Sin embargo, un día conoce a un joven mortal que cada día iba a contarle sobre sus vivencias, y de esa manera con el pasar del tiempo ambos comienzan a desarrollar sentimientos por el otro.

El mortal estaba decidido a quedarse junto al hada para siempre, incluso lo prometió, pero esta última sabía que era imposible. Llegaría el día en que tendría que verlo partir pues su vida era finita, y de igual manera el chico podría arrepentirse algún día de haber gastado su corta vida en una simple hada del manantial.

Con esto en mente, un día el hada le dio un regalo de despedida al joven: Un beso.

Después de eso el hada desapareció y aunque el joven siguió con su vida y vivió incontables aventuras no podía evitar volver al manantial y derramar lágrimas, esperando que de esa manera el hada regresara, pero esto nunca sucedió.

Todo lo que le quedó para recordarle que aquello no había sido una simple ilusión fue la sensación de aquel beso frío que habían compartido alguna vez.

El texto que leyó resonó con fuerza dentro de su señoría. El también era un ser longevo que comenzaba a sentir aprecio por un mortal pero, ¿era acaso el mismo tipo de aprecio?

En la historia ambos protagonistas compartían un beso en el manantial, ¿no era este un gesto con el que los humanos se demostraban amor?

Amor...

Amor...

¿Amor?

En ese momento Neuvillette recordó un par de cosas.