CONTINUAMOS.Habían pasado unas cuantas horas desde la salida, las puertas de la universidad ya estaban cerradas, los últimos vehículos abarcando el estacionamiento se estaban por retirar, las ventanas cerradas, las rejas de los enormes campos con cerradura y con seguridad, las cámaras apuntando a los costados.
Ya no había nada que hacer en ese sitio, no muy lejos del establecimiento a una cuadra se notaba como dentro de un vehículo salían un par de amigos, un lobo de pelaje muy colorido al lado de su compañero, el cual era un humano.
De todo su grupo, habían sido los últimos en quedar a tal hora de la tarde, pues tal parecía no tener ocupaciones, algo por realizar o la idea del tener que descansar, solos los dos sentados en el entorno de un gran campo abierto, en medio de ellos se apreciaba la imagen de una enorme estatua con la forma de un libro, parte simbólico del establecimiento al parecer.
— Es muy grande el lugar, ¿no?
Dice el lobo sin dejar de ver al frente pintando una sonrisa.
— Si.
— Pocos logran entrar aquí, solo puedes hacerte un solo examen — dijo orgullosamente al verse como uno de los que había logrado pasar la prueba.
— Yo tuve suerte, aunque estudié lo suficientemente para no dejar las casillas vacías, claro.
El lobo por un segundo noto la expresión perdida en la cara de su amigo juraba ver que el hombre ya estaba entre cerrado sus ojos, el estar tan activo en todo el día lo había dejado sin siquiera pensar en algo.
El lobo se acercó a su amigo con una cálida sonrisa, puso su mano sobre su hombro y con voz suave le llamé.
— ¿Tienes dónde dormir?
— ¡Si! Aunque no creo poder conducir — tenía demasiado sueño como para estar al volante.
— Yo conduzco, aunque no tengo licencia.
— Yo tampoco.
Ambos dejaron salir carcajadas por el otro, el chico si tenía licencia, pero únicamente es que ya había vencido por lo que debía de habilitarla nuevamente, pero eso sería para otra ocasión.
Meldin tomó las llaves de su amigo.
Ambos ya estando dentro, el joven saco su teléfono para dárselo al de pelaje colorido, con la pantalla mostrando como podía llegar a casa del chico, quedaba un poco lejos, pero sabía que direcciones tomar.
Habiendo ya tenido la idea, prendió el auto y se dirigió al sitio.
En el camino, el lobo solamente mantenía el curso del auto a una velocidad no tan alta, al lado suyo ya se manifestaban los ronquidos del joven universitario, con su boca abierta dejando hilos de babas caer a su pantalón.
Tomando y dando un par de vueltas a callejones, el lobo por fin logro llegar a la calle que marcaba el teléfono.
Sacando las llaves, volteo a ver a su amigo adormecido aún en el asiento, si el movimiento no le bastó para despertarlo, seguramente ni las voces o ruidos de su alrededor podrían hacerlo.
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𝗡𝗢 𝗣𝗨𝗘𝗗𝗢 𝗢𝗗𝗜𝗔𝗥𝗧𝗘(𝑭𝒖𝒓𝒓𝒚 𝒙 𝒍𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓)
RomanceA veces solo se necesita darle vuelta a la página y seguir con tu vida, los adolescentes son personas confusas, tratan de actuar y pensar como si ya tuvieran su vida echa, incluso si saben que no están ni cerca de tenerla, el paso más largo en la vi...