Una Venezolana En España

18/10/2023

Hace mucho no escribo y lo primero que ven en la actualización es el desastre del capítulo anterior.

Dios, me siento avergonzada de lo horrible que está.
Le faltan puntos, comas, mayúsculas, acentos, mucho más.

¿Qué puedo decir? Me puse emocional.

Lol.

Pasó un año y unos meses de eso. Varias cosas pasaron. El drama empeoró.
No lo voy a contar todo, porque son casi las doce de la madrugada y solo estoy publicando esto porque no tengo inspiración en estos días, pensé que a lo mejor publicar algo me ayudaría a desbloquearme un poco.
No sé si funcione.
Me la paso riendo de lo que escribí por 2022, aun así.

¿Por qué será que se siente tan... lejano?
¿Será porque maduré de alguna manera o porque ya no siento nada hacia la situación?

Lo digo muy en serio, ahora el tema de mi padre me harta. Me molesta que hayan pasado dos años de drama —casi tres— y siguen hablando de eso.
¡Supérenlo!

No lo van a superar. Conozco a mi familia, no lo van a superar.
Mi madre sigue insistiendo en que escriba una novela sobre toda la situación, no es mala idea, pero prefiero no seguir estancada en la misma mierda.
Ya, mucho de lo mismo. Se volvió repetitivo.

Lo peor es cuando les digo que me harta hablarlo y lo primero que piensan es que debería hablar con la psicóloga del trabajo. Ah, sí, porque ahora tengo trabajo.
Estudio en una academia, porque a la mierda la universidad (yo quería entrar TT).

Mi novia me terminó. Mi hermana ya tiene una nueva relación estable (aunque el tipo me recuerda a su ex). Mi madre...
Hay mucho con ella, no puedo decir mucho porque si descubre de alguna manera que lo publiqué para que puros desconocidos chismearan mi vida, me mata seguro.

Ciertamente, a parte del tema de mis padres, no ha sucedido mucho más. Todavía esto sigue siendo un diario de una venezolana que se siente jodida en España, pero supongo que si se mantendrá en hiatus hasta que tenga un pésimo día y piense: «sabes que, voy a chismearle mi vida al mundo para desahogarme»
Posiblemente, ocurra pronto. Soy fácil para buscarle la quinta pata al gato cuando se trata de la vida.
Con eso me refiero a mi habilidad de quejarme de tooooodo lo que me rodea.
Soy pro en eso.
Supongo que es mi única habilidad.

Por si no me creen les cuento que intenté buscarme habilidad de cocina, ya saben, poner en práctica los diez mil cursos, en los que estuve inscrita por insistencia de mi madre para ser más independiente. Pues soy buena para los sabores, todo lo que cocino sabe increíble, pero...
Ya es la tercera vez que se me quema la salsa, que se me baja la torta de caja y se me derrite la gelatina. ¿Cómo es posible si sigo todas las instrucciones de los paquetes? Pues no tengo ni puta idea, chamos.

Supongo será mi habilidad de cagar las cosas. Lol.

Lo dejo aquí.
Ya es de madrugada y mañana trabajo.
No esperen... Mañana no hay trabajo, es jueves de academia.
Fuck.
¡Qué horror!¡Me toca madrugar otra vez! ;-;

Necesito un descanso. Llevo dos semanas trabajando casi sin parar. 94 horas trabajadas hasta ahora y me quedan 22.
Uuuuuugh, ¡que ladilla!

Bueno, como sea. Más plata.
Ahora sí lo dejo aquí, que luego me alargo y no me duermo ni porque quiera o me pongo emocional otra vez, lo que pase primero.

Chau, chau, chamos.
Nos leeremos en algún otro momento.

DAFF

(XD, empecé a firmar como si fueran cartas en lugar de un diario.
Me gusta.
Se va a quedar así, hasta que se me olvide)