James bajó de la torre, peldaño por peldaño, lentamente, y se detuvo en una ventana que daba hacia el jardín porque vio a Némesis que estaba caminando entre los árboles de cerezo.
El recuerdo de cuando la acompañaba al jardín mientras ella bailaba y jugaban se le clavó en la mente cómo una espada que lo atravesaba. Siguió su paso hasta llegar a la puerta de la torre que conducía a un pasillo dentro de la mansión. El corredor era extenso y oscuro. Una alfombra roja opaca se extendía por el suelo como un rio de sangre y a cada paso que James daba, se escuchaba los pequeños pelos de la alfombra rosar con sus zapatos. El chico caminó por él pasillo, admirando los distintos cuadros de sus antepasados que colgaban de la pared. Se paró en frente de un retrato que tenía una pintura de su padre, mirando sonriente, y debajo de él, había una placa con un gravado que rezaba: En esta residencia yacía Nicholas Rówin, un gran hombre, un gran padre, una gran persona. Los ojos de James se inyectaron en lágrimas. Solía caminar por ese pasillo a menudo, pero al pasar frente a la pintura de su padre, bajaba la mirada o simplemente seguía caminando con la vista al final del corredor, tratando de escapar de un recuerdo aterrador, para no abrir esa herida nuevamente, pero en ese momento, era inevitable, se sentía solo, desesperado, y con un gran vacío en el corazón que solo podía llenar con ver la sonrisa de su padre.
A un lado del cuadro había un pilar con un pequeño retrato de la foto de su madre, no sabía porque, pero era el único pequeño en todo el corredor y de cierta manera, sentía una especie de rechazo con aquella cara. La placa de Cassandra, solo llevaba su nombre y el pedazo de metal estaba lleno de polvo, aunque Rita siempre limpiaba ese sector, la placa de la mujer se volvía a ensuciar nuevamente, en cuestión de segundos. Como si la mansión quisiera que aquellos que vivieran allí, no recuerden su nombre, ni su rostro.
James dobló hacia la izquierda y de repente se acordó de lo que le había sucedido en la cocina, ya que, desde la pelea con Némesis no había pensado en nada más que en eso y como iba a arreglar la situación. Dobló hacia la izquierda. La duda se hacía mucho más intensa ¿Habrá alucinado y solo se desmayó? ¿Pero por qué su hermana lo había escuchado gritar si no lo había hecho? O Quizás no lo recordaba. Dobló hacia la Izquierda nuevamente. Las manos le temblaban ¿Se estaba volviendo loco? Necesitaba información, pero la única biblioteca que conocía era la del pueblo, y solo sabía de su existencia por los periódicos ya que nunca salió de la mansión. Dobló hacia la derecha. Empezaba a tener miedo por su salud mental ¿Y si estaba enfermo y fallecería como su madre? ¿Y si su padre también se había vuelto loco, escapó al bosque y se quiso pelear con un oso por diversión? Dobló a la izquierda una vez más, pero esta vez se detuvo en seco. Una voz grave le habló. Sintió como si su corazón se hubiera detenido por un segundo, y una sensación de frio le recorrió la espalda.
— ¿Buscas información? – dijo la voz.
James se dio vuelta y... no podía ser posible, era cierto, se estaba volviendo loco, porque veía como un pilar con una gárgola con forma de un gato encima le estaba hablando. Se acercó y observó a la gárgola de cerca.
— ¿Qué miras? – dijo la gárgola y James dio un salto hacia atrás, tapándose la boca con las manos, asustado – ¿Qué? ¿A caso nunca has visto una gárgola hablar?
El chico no sabía que responder ¿Y si era una broma de su hermana en venganza? No, no podía ser eso, Némesis no tenía ningún don mágico.
—Te he preguntado algo – insistió el felino de piedra.
—Lo... lo sí...siento – se disculpó James tartamudeando.
— ¡Los humanos siempre lo sienten! Pero nos llevan por delante, nos rompen, nos descuidan, no entienden nada de la vida – la gárgola hizo una pausa y luego dijo: – bueno, en fin, te he preguntado si buscabas información.
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James Rowin y el heredero de la luz
Fantasy(Capítulos todos los sabados) James Rowin, un joven con poderes misteriosos, se encuentra atrapado en una siniestra mansión junto a su enigmática hermana, Némesis Rowin, y la misteriosa ama de llaves, Rita. A medida que se acerca a la mayoría de eda...