Capítulo 1.

237 40 12
                                    



La primera vez que sucede, Harry no le da importancia.

Se despierta agitado y sudoroso, tardando un solo segundo en darse cuenta que había sido un sueño. No recordaba muy bien lo que sucedió. Un borrón donde lo único que percibió fue la silueta de una figura delgada y curvilínea.

La segunda vez, su subconsciente hizo un mejor trabajo en cuanto a imaginación, construyendo un escenario más claro y tangible. Ahí Harry estaba sin camiseta, en un prado verde cubierto de margaritas, sin nada ni nadie más a la vista hasta que notó la misma silueta a unos metros de distancia.

Harry le llamó en voz alta e intentó acercarse, pero la figura parecía que se estaba alejando cada vez más. Sus piernas comenzaron a tomar velocidad para alcanzarlo hasta que se encontró corriendo tras de él. Cuando estaba lo suficientemente cerca para alzar una mano e intentar atrapar una de las finas telas que lo cubrían, Harry se despertó bruscamente.

La tercera vez que sueña con él, casi se siente real.

Ya no hay más prado, ni margaritas a la vista. Ahora están en una casa.

Es una casa donde nunca antes había estado. No le resulta familiar. No es parecida a la de un amigo o algún miembro de su familia. Hay pocos muebles y las paredes están en blanco. Harry se encuentra sentado en una pequeña mesa circular, con otras tres sillas vacías. Frente a él, la persona de sus sueños se está moviendo ágilmente en la cocina, mientras una tetera silva en la estufa.

Es lo más cerca que ha estado del chico —Harry se da cuenta que es un chico ahora— pero aún no puede ver su rostro. Está dándole la espalda, sirviendo el té en pequeñas tazas de porcelana fina.

Harry voltea a su alrededor, queriendo registrar más del sitio. Hay una mesita en la sala de estar, con nada más que un teléfono amarillo del siglo pasado. También hay un reloj de madera y un par de botas de lluvia a lado de una puerta sin picaporte.

Además de eso, el piso se encuentra vacío.

Está tan distraído con las manecillas del reloj que se mueven al sentido contrario como para registrar cuando una taza es puesta frente a él. Al regresar su atención, el chico está gravitando en la cocina de nuevo.

Le da un débil gracias, que es respondido con un suave tarareo y un encogimiento de hombros.

La taza es más pequeña de lo que parecía cuando la toma en sus manos. Observa el elegante diseño de florecillas amarillas antes de dar el primer sorbo.

Margaritas.

Se sorprende al sentir el delicioso sabor del té en su lengua. La bebida caliente es muy dulce, como le gusta. Sin leche, como un té debería de ser. Se lo termina en silencio, con el suave tarareo de su acompañante de fondo.

Cuando va a preguntar por una segunda ronda, Harry se despierta por el sonido de su despertador.

El cuarto sueño no es muy diferente a los otros. Es en un lugar dónde no ha estado antes y sigue sin poder ver el rostro del chico. Pero la quinta noche que sueña con él, Harry está sosteniendo al extraño fuertemente entre sus brazos.

Su cabeza descansa sobre su pecho y sus piernas están enredadas con las suyas bajo las sábanas. Al intentar echar un vistazo, lo único que puede ver es un montón de sedoso cabello castaño y una de sus manos cubriendo una más pequeña, justo a la altura de su corazón.

El sentimiento de pérdida lo martiriza durante todo el día siguiente. Como si le hiciera falta algo.

O alguien.



(...)



"¡Niall, eso es asqueroso!"

"Métete en tus asuntos, Malik."

Literalmente En Mis Sueños || Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora