Ah, sí. Recuerdos... de no ser porque en esa ocasión había terminado huyendo de la vergüenza, se sentiría completamente orgulloso de ese día.
Sin darse cuenta había pasado demasiado tiempo bajo el agua, ya tenía la piel arrugada y extrañamente había empezado a temblar. No recordaba que fuera así de friolento.
Salió del baño y con rapidez inhumana se secó y vistió con su atiendo común y carente de color. Una vez arreglado, volvió a guardar algunas cosas en el rollo, tomó las llaves que había dejado en la mesita de noche al lado de la cama y salió para entregarlas al dueño de la posada y agradecerle sus servicios.
No tan renovado pero si con la energía suficiente, comenzó a saltar por los tejados de las casas y ahorrarse el tráfico matutino casi inexistente, siguiendo un largo y recto tramo hasta que llegó a las afueras de ese pequeño pueblo. Cuando se encontró rodeado de naturaleza una vez más, se decidió por cruzar los senderos caminando y no escabulléndose por los árboles.
Se sabía los caminos de memoria, así como las zonas más «peligrosas» abundantes en asaltantes de camino o cercanas a los hábitats de animales salvajes, por lo que, un poco confiado, bajó la guardía y siguió avanzando con tranquilidad y serenidad. Si improbablemente llegaba a confundirse, aún tenía su adorado doujutsu para respaldarlo.
El silbido que producía el aire al pasar entre las ramas y hojas fue bastante agradable, le traía muy buenas imágenes a su mente... Otra vez estaba cayendo en su ensoñación, pero no se quejaba mucho. Cuando dijo «buenas», eran buenas, y buenas...
Eran unos meses pasados después de finalizar la guerra ninja. A pesar de que ya no había amenazas, la reconstrucción, reorganización y en general las aldeas estaban hechas un caos.
Lamentablemente él no se libró ni un poco de la tragedia; en cuanto hubo oportunidad, decidió que era más sencillo entregarse por voluntad propia y fue encarcelado por todos sus crímenes y faltas acumulados en tan pocos años. También se enteró que al haber participado grandemente en la solución de la guerra y que cierta persona hizo un escándalo para reducir su castigo, finalmente solo pasó un buen tiempo ayudando a lo que alguna vez había sido su hogar, en lugar de probablemente haber recibido una ejecución... No estaba mal, pero tampoco era completamente agradable, porque las miradas que recibía con cada paso, si bien las ignoraba, aún podía sentirlas; los ojos llenos de rencor o disgusto clavados en su espalda a veces eran muy abrumadores. Sin embargo, admitía estar profundamente agradecido con el cabeza hueca que tenía por... ¿Amigo? ¿Mejor amigo? ¿Hermano? ¿Casi algo? Bueno, la persona que no se había cansado de clamar por él: Naruto.
Mientras estaba privado se tomó un tiempo para reflexionar completamente sobre los últimos acontecimientos en su vida, así como desempolvar otros que había bloqueado de su memoria. Aunque había terminado con el estómago revuelto de tantas cosas a considerar, llegó a una conclusión; sí, sus sentimientos extrañamente habían evolucionado y crecido hasta volverse un amor extraño, pero su lado joven y enfermizo saboteó todo. Sí, ahora que estaba cerca, quería quizá intentar algo, pero el problema estaba en que simplemente «no se lo merecía».
Tenía el suficiente sentido común para saber que todos esos años de sufrimiento, falta, arrogancia, egoísmo e indiferencia serían difíciles de recompensar, y creía que llegar con una propuesta de ese tipo sonaría como algo muy forzado.
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Flores Para Naruto. [SNS]
FanfictionPara la población de Konoha ese día era maldito y se encargaban de dejárselo bien claro cuando era niño, pero hubo unas cuantas veces que unas flores y cierta persona arreglaban todo. «Tsk. Feliz cumpleaños, Usuratonkachi...» «Feliz cumpleaños.» «Si...