Capítulo I

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Abril 1995


Los pasos cansados de Yebin podían sentirse incluso si no ibas a su lado, su cuerpo se sentía tenso debido a todo el tiempo que había pasado sentada en esa taburete, tocando la canción que tenia que componer para su proyecto final.

Lo único que la ponía alegre era saber que visitaría la heladería donde YiChan trabajaba, estaba deseando comerse un helado de sandia en ese momento.

— ¡Yebin! — Los pasos de la joven se detuvieron, mirando a sus lados al escuchar su nombre ser llamado, sonriendo cuando la figura de un acelerado Majoo se posó frente a sus ojos, esta dio un pequeño salto y saludó cuando este se posicionó frente a ella.

— Hola Majoo. — Yebin dijo con voz dulce, inclinando la cabeza mientras su amigo inclinaba su cuerpo hacia delante, cansado e intentando recuperar el aire. — ¿Entrenas para el triatlón anual?

— Que graciosa, ja, ja. — Este se quedó sin aire un segundo, inhalando mientras señalaba tras su propia espalda con ojos bien abiertos. — Binbin... — Este saludó con una sonrisa después de su sarcasmo, tragando con fuerza mientras intentaba recuperar el aliento, poniendo una mano sobre su pecho. — Dime... Dime que has visto a YiChan.

La chica asintió con un puchero en sus labios antes de sonreírle. — Lo vi irse después de su visita diaria a Sekyeong, me dijo que iría a trabajar... ¿Por qué?

— Ese idiota... — Majoo murmuro con cansancio, inhalando con fuerza. — La abuela regresó, el retiro de la iglesia termino antes y--

Yebin no le dio tiempo de seguir hablando, abriendo sus ojos con sorpresa y algo de terror, tomando a su amigo de la mano para jalarlo con ella y asi poder correr con ella en la transitada calle, dirigiéndose hacia la heladería en la que su otro amigo trabajaba.

— ¡Yebin me voy a caer!

La joven no le tomó importancia, siguiendo con sus pasos apresurados, tenia que salvar a su amigo, y a ella, de una posible paliza.

Majoo, Yebin y YiChan había sido amigos desde que usaban pañales, habían crecido juntos, y por ende, ahora eran como uña, mugre y carne, siempre estaban juntos, incluso cuando alguno causaba algún problema, los tres terminarían siendo culpables, aún si Yebin ni siquiera estudiaba en la misma escuela con ellos.

Como en ese momento, la abuela, como ellos le llamaban, no tenia idea que YiChan había conseguido un trabajo de medio tiempo después de la escuela, lo cual no era para nada beneficioso para el adolescente, porque estaba a punto de perder el año escolar, y una responsabilidad más solo lo distraía de salvaguardar su vida académica. Sus calificaciones eran un asco, y era claro que la anciana no quería que su nieto se concentrara en otra cosa que no fuera el estudio.

Pero YiChan era testarudo, más de lo que debería.

Cuando el dúo llego a la heladería, Yebin soltó a Majoo, buscando a su amigo por todos lados, esta suspiró al ver cómo este sostenía un cono con tres bolas de helado frente a un grupo de chicas. Sin fijarse mucho en los rostros de las mujeres, esta corrió hacia él, colocándose detrás de él, llamando su atención. — Tenemos problemas, código cero, corre...

— ¿Ah? — El joven preguntó, casi soltando cono de helados, volteando a ver a la chica de ojos claros, este casi suelta un grito. — ¿Código cero?

— La abuela regresó antes de tiempo. — Esta comunicó, dejando un golpe en su cabeza, data se dio la vuelta, tomando su mochila con fuerza, comenzó a correr para poder llegar al hostal con rapidez, al menos, antes de que la anciana llegara.

Sí, Yebin compartía casa con YiChan.

Cuando sus padres decidieron irse al extranjero para poder trabajar duro y ganar dinero, como ellos habían explicado a una pequeña Yebin, estos pidieron a la anciana, quien había sido como una madre para ellos, que cuidarán a su hija hasta que pudiera llevarla con ellos, y la anciana aceptó gustosa.

𝗪𝗔𝗧𝗘𝗥𝗠𝗘𝗟𝗢𝗡; ʰʸᶜ 『Spanish Version』(pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora