El vecino de al lado - Tom Kaulitz.

13

—¿Para qué necesitas tantos bolsos?-río.

—No son sólo un bolso, son mi vida, además siempre hay que tener uno para cada ocasión - sonreí.

—Dios, tienes toda una tienda aquí - abrió mi armario.

—Ya deja de ver entre mis cosas Tom - le lanzé la primer almohada que vi.

—Creo que me gusta esto...- tomó unas calcetas Nike de color blanco - ¿Me las regalas?

—Lo miré- Quedatelas, tengo más.

—¡Gracias! - me sonrió, se miraba realmente bien.

Así estuvimos unos 15 minutos, acomodando todas mis cosas ya que Tom quiso sacarlas todas, mientras lo hacíamos estábamos en completo silencio, hasta que algo nos irrumpió la paz, una llamada del teléfono de Tom.

Tom

¡Gracias! - le regalé una sonrisa a Ivanna.

Estuvimos acomodando todo lo que yo había sacado de su armario, mi teléfono empezó a vibrar y a sonar por la habitación, lo saqué de mi bolsillo y miré quien era, joder ¿Ahora qué quiere?. Era Stiven. Salí de la habitación de Ivanna para que no escuchara.

—¿Que carajo quieres? - comenté molesto.

—Tom...yo - suspiró-.

—¿Tu que, que carajo pasa?.

—Tom, estoy en Alemania - afirmó.

—¡¿Qué?! ¡Se suponía que no ibas a volver! - bajé las escaleras tan rápido como pude y me fui al patio para que nadie escuchara.

—¡Lo sé, carajo! Mi familia tuvo que venir, y Ariana esta aquí, no dejes que Ivanna recorra las calles de mi casa.

—Es obvio que no la dejaré ir a ese barrio, y menos sola, mantené tu culo en esa casa y no salgas.

—Que Ivanna no se de cuenta - y sin más, el idiota colgó la llamada.

Hijo de la...- alguien me interrumpió- ¿Con quién hablas?.

Busque con mi mirada a quien había hablado, no me demoré ni dos segundos en saber de quién se trataba por esa voz que me causaba tanta paz, se trataba de Ivanna. Mi preciosa Ivanna Estaba viéndome desde la ventana de su habitación, tuve un deja vu del día en que subí por un árbol hasta llegar a ella.

—Con nadie bonita, ya subo - le sonreí.

—No, sube por aquí - sonrío y señaló el árbol.

—No creas que voy a hacer eso Ivanna, estás loca - cruce mis brazos.

—Bien entonces ya no subes a mi habitación de hoy en adelante - sonrío e hizo como si fuese a cerrar la ventana.

—¡No, espera! - grite al verla cerrando la ventana - Agh carajo...- susurré - Esta bien, voy a subir.

—Lo sabía - sonrió y acomodo sus codos en el marco de la ventana, esperando que subiera.

— Intenté subir lo más rápido que pude hasta lograrlo - ¿Contenta?

—Si, más que contenta - tocó la punta de mi nariz con su dedo índice y sonrió.

—No volveré a hacer eso.- Rodé mis ojos y me senté sobre su cama.

—Mira lo que encontré - me mostró una cámara y en un rápido movimiento me tomó una foto.

—Mierda...- restregué mis ojos.

—Te miras bien.- se sentó cerca de mi para mostrarme la dichosa foto- Pero bien pendejo.- carcajeeo.

—Jodete ¡¿Quieres?!.- le lanzé una almohada.

—No, hoy no tengo ganas de hacerlo.- salio de la habitación y la seguí, ambos bajabamos las escaleras pero Gustav nos detuvo.

—¿Qué te pasa?- lo empujé.

—No deben bajar, se armará un caos.- tragó saliva.

—¿Caos? ¿Por qué?-Ivanna con extrañeza, lo miró.

—Ahm, si verdad, como te digo que - tomó un gran suspiro-¿Como te digo que Stiven esta allá abajo con su nueva novia?

—¡¿Qué?!- ambos hablamos al unísono.

Y ahí me di cuenta, que todo se había jodido, y de la peor manera...

Recién me había llamado el idiota, y ahora ¿Cómo carajo llego a la casa tan rápido?

Ariana Galluccio.

Stiven Ricardi.