¿Karaboudjan?.

44 8 10
                                    

Esa noche nadie fue capaz de dormir, no con la terrible realidad que habían vivido instantes atrás, luchando por su vida y rezando por el bienestar del hombre que había arriesgado todo para ayudarlos... “Por favor, resiste”... Recordó haber dicho cuando la ambulancia se fue, se sentía terrible, destrozada y horriblemente culpable por la situación; él no merecía esto y menos por un barco que ya ni siquiera tenían... “Por favor, resiste... Sólo un poco más”.

En cuanto todos se fueron, Camille subió entre lágrimas hasta el apartamento de Tintín y comenzó a limpiar... “Las llaves están en mi bolso, pueden ir a mi departamento y descansar”... Les ofreció a sus nuevos amigos sin dejar lo que estaba haciendo, también había sido una espantosa noche para ellos pero, para su sorpresa, ambos se quedaron con ella y la ayudaron... “No vamos a dejarte sola después de esto y menos limpiando nuestra casa”... Le aseguró Tintín al abrazarla, realmente lo necesitaba, tanto ella como él y Milou.

Al día siguiente, la policía llegó a la escena, dos detectives tan parecidos que Bélier casi tuvo que preguntar si eran gemelos pero, dado a que sus apellidos eran diferentes, se dió cuenta de que la respuesta estaba en la propia pregunta. Personas sumamente amables, de eso no había duda pero, debido a lo que estaba escuchando, la castaña entendió perfectamente por qué su compañero había sido tan reticente de llamarlos.

-¿La Interpol no tiene información?- Preguntó el reportero sin poder creer lo que estaba escuchando... «¿Cómo era posible que dicha organización no supiera nada de su propio agente?»... No tenía sentido.

-Tranquilo Tintín, estamos con el papeleo- Aseguró el detective Hernández despreocupadamente, ya que, desde su punto, todo estaba bajo control.

-Ser policías no es puro glamour y armas, hay mucha burocracia- Afirmó Fernández respaldando a su compañero.

«¿Burocracia?, El Sr. Dawes casi muere»... Pensó la molesta historiadora antes de ver a su compañero trabajar en el enigmático periódico que, desgraciadamente, les había dejado el estadounidense tras lo sucedido horas atrás. -¿Qué?, ¿Qué tienes?-

-Algo que puede ayudar, antes de perder el conocimiento, Dawes intentó decirnos algo... Creo que deletreaba una palabra- Respondió Tintín mientras tomaba el diario y, lentamente, comenzaba a describir aquello que el policía intentaba decirles. -Karaboudjan-

-¿Karaboudjan?- Preguntó Camille sorprendida, como si hubiera recordado algo de pronto.

-¿Ese nombre te dice algo?- Preguntó el pelirrojo extrañado ante la familiaridad que su amiga había mostrado ante eso.

-Sí, pero debo confirmarlo primero- Respondió la castaña mientras tomaba rápidamente su bolso, subía a su departamento y tomaba unas cosas pero, de repente, un estrepitoso sonido le hizo salir de su vivienda y asomarse a la escalera para ver que, efectivamente, uno de los policías había caído al pie de la misma. -¿Se encuentra bien detective?-

-Estoy bien Señorita Bélier, todo en orden- Respondió la autoridad con total convicción, algo que, aunque odiara admitirlo, no le dió mucha confianza a la historiadora.

«Si usted lo dice»... Pensó la chica mientras cerraba el apartamento y bajaba a reencontrarse con sus compañeros. -Veré que puedo averiguar y los llamaré si surge algo nuevo-

-¿Segura?, ¿No quieres que te acompañe?- Preguntó el reportero angustiado ante la idea de que saliera sola, más aún con todo lo que estaba sucediendo.

-Estaré bien, tranquilo- Respondió Camille antes de mostrarle el arma que llevaba escondida entre sus pertenencias, algo que su padre había insistido en que llevara a Bruselas y que, honestamente, esperaba no tener que necesitar. -Cuídense, volveré pronto-

-Tú también- Respondió Tintín bastante preocupado mientras veía como su compañera se despedía de ellos y salía en búsqueda de su posible pista... «Cuídate mucho Camille».

Diez minutos más tarde, la oriunda de Brujas se encontraba de pie en el puerto de la ciudad, analizando cada uno de los barcos anclados en el lugar... «Aquí está»... Pensó al ver el enorme buque mercante, lo había visto atracar allí la noche de su llegada, como un recordatorio de lo mucho que su madre amaba el mar y pensando que, tal vez, la llevaría ahí en cuanto se hubiera establecido. Rápidamente, la joven corrió hasta el teléfono más cercano y marcó al número de su amigo pero, antes de que pudiera efectuar la llamada, unos desesperados ladridos la forzaron a apartarse del aparato y correr hasta el origen de los mismos.

-¿Milou?, ¿Qué haces aquí solo?- Preguntó la historiadora preocupada antes de ver la enorme caja de madera que transportaban al barco... «Ay no»... Pensó aterrada al ver el nuevo nivel que el predicamento había tomado. -Ya veo, ¿Y ahora cómo subimos?- Fue la pregunta que, inesperadamente, logró darles la idea perfecta para rescatar a su mejor amigo.

Casi de inmediato, los dos subieron a la embarcación con la excusa de que debían ver al primer oficial para discutir con él un asunto de gran importancia, al ver esto, Herbert Dawes, uno de los miembros de la tripulación, los guió hasta el camarote del mismo para que pudieran esperar con tranquilidad. Una vez allí, Camille tomó la lámpara del escritorio y golpeó la cabeza del marinero, logrando que este cayera inconsciente al suelo.

-Lo siento señor, pero lo relevaré de su puesto por un rato- Dijo Bélier nerviosa mientras lo revisaba para asegurarse de no haber sido demasiado brusca y, al ver que no estaba herido de gravedad, la chica le quitó la ropa y lo encerró en el baño de dicha habitación. Luego de eso, se colocó la ropa del tripulante y guardó sus pertenencias en la mochila del mismo para no levantar sospechas. -Hay lugar para ti, si quieres- Le dijo a su peludo amigo, logrando que este se escondiera en el bolso y ambos salieran a recorrer el barco en busca de su problemático compañero... «Ahí voy Tintín».

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 09 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Top Of The World 🧭 (Las Aventuras de Tintín).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora