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El cielo lloraba, lloraba y rugia tanto como él mismo lo estaba haciendo, su pecho ardía y sus ojos se sentían cada vez más y más pesados debido al llanto, grito.
Gritó en agonía sin poderlo evitar, ahí, ahí frente a él, en aquel cajón frío de color blanco yacía el amor de su vida, el chico de mirada traviesa y humor retorcido, ése mismo chico que hablaba hasta por los codos y reía aún en la situación más seria y tensa, ése chico de nombre Byun BaekHyun, era aquel que reposaba en aquella costosa caja con una expresión tranquila, como si durmiera, tan angelical, eso era, era un ángel en la vida de Park ChanYeol.

Noviembre 27, 2019.

–Yah, ChanYeol. – El tipo más bajito había reído al finalizar su frase, aquellos ojitos brillando con la inmensidad del mar fue lo más bello que pudo ver en sus 18 años el chico Park.

Piérdete. – Su boca fue más rápida que su cerebro al nombrar aquello. Mierda, estaba avergonzado y sólo el diablo o el de arriba podían regocijarse en su miseria, claro, después de aquel tipo que noto sus orejas y su cuello colorearse de aquel rojo brillante.

–Eres tan idiota, Park.

–Y tú eres tan insoportable, Byun.

El tono usado por ambos fue lleno de sorna, una que rápidamente fue dejada en segundo plano paea dar paso a esas risitas cómplices y llenas de amor que se ahogaron en un cálido beso, lleno de promesas y sueños.

El tono usado por ambos fue lleno de sorna, una que rápidamente fue dejada en segundo plano paea dar paso a esas risitas cómplices y llenas de amor que se ahogaron en un cálido beso, lleno de promesas y sueños

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ChanYeol, cariño, respira. Por favor.

Era la voz de su madre, tan rota como estaban todos en aquel lugar, rodeando aquel hueco donde lentamente veía como iban bajando aquel ataúd tan pulcro, no, no, no, no podían, no podían arrebarselo, ¿estaba soñando? Necesitaba estarlo, pero ciertamente sabía que no era así, aquel dolor era tan fuerte, tan agobiante y tan burlón.

–No pueden. –Su voz se quebró, como todo dentro de él, el aire era difícil de tragar, sus lágrimas imposibles de parar, se tiro, corrió el pequeño espacio hasta tirarse justo a los pies del ataúd, ¡Era el amor de su vida, carajo!

Una broma, deseaba que fuese una maldita broma, pequeños fragmentos de recuerdos llegaban a él, haciéndole llorar con más fuerza, "BaekHyun" era el constante nombre que soltaba de manera tan desgarradora, "Por favor" "No puedes dejarme" Aquello sólo lograba descomponer más a todos a su alrededor, sus amigos, sus padres, todas aquellas personas que ChanYeol sabía eran parte fundamental de su vida, tanto como BaekHyun lo era en la suya.

Lo supo, supo en momento exacto en que la caja blanca había tocado el suelo tierno del cementerio, se encontró en un trance, y lloro, lloro tanto cuando escucho aquella voz aguda de la madre de BaekHyun, un suave "Respira, cariño, nuestro BaekHyun querría verte con una sonrisa". Lo rompió más, el puño de tierra fue lanzado por ambos padres que se encontraban más devastados que nadie. Joder.

¡ChanYeol, no me olvides! ChanBaek.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora