End💍

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diciembre 2025


Había llegado diciembre y Max estaba en México con su esposa y la pequeña P, pero no estaban en cualquier lugar de México, está noche estaban en casa de Sergio, quien los había invitado a una cena de Navidad y tal como Carola había predicho cuando logró convencer a Sergio de que esta sería una idea brillante, en realidad lo fue. Los niños se estaban divirtiendo y jugaban todos juntos alegremente, Penelope se enamoró inmediatamente de la bebé Carlota y la traía como muñeca para todos lados y Chequito se quedó un poquito flechado por la niña rusa-brasileña.

"Sergio, amor, ¿por qué no le muestras a Max tu última incorporación al gimnasio mientras Kelly y yo nos tomamos una copa de vino y platicamos cosas de mujeres?" Carola no dejó dudas de que esto no era una pregunta sino una orden.

"¡Me encantaría verlo!" Max intervino. "Pero reserven un poco de vino para nosotros, ¿quieren?"

Un minuto más tarde estaban abajo, de pie entre una variedad de equipos de ejercicio de última generación.

"¿No crees que ya has tenido suficiente?" Preguntó Sergio en broma, divertido por el estado ligeramente borracho de Max, lo que hizo que el aire entre ellos cambiara momentáneamente.

Max abrió los labios para pronunciar la respuesta inmediata que cruzó por su mente, sin embargo, decidió guardársela para sí mismo.

Hablar por teléfono era una cosa, ya verse en persona era una historia completamente diferente. Sergio había estado nervioso por su encuentro todo el día, pero había estado bien mientras estaba junto los demás, ahora que estaban solos, no estaba seguro de cómo actuar, entonces optó por la opción más segura.

"Así que esta es mi última incorporación". Sergio se acercó a un aparato de fitness en la esquina. Cuando dio unas palmaditas en la máquina con sus dedos temblorosos, una correa que pertenecía a ella cayó al suelo e inmediatamente se agachó para recogerla, Max no pudo evitar admirar el trasero de Sergio cuando se agachó. Se mordió el labio inferior para evitar decir alguna estupidez que no pudiera retractarse más tarde.

"Mhmm" simplemente tarareó distraídamente.

Cuando Sergio se giró para mirar a Max nuevamente, se sorprendió al ver lo peligrosamente cerca que estaba de repente, no es que le importara pero no quería hacer el ridículo, Sergio sólo esperaba que su rostro no revelara el efecto que todavía tenía en él, la presencia de Max después de todos esos años.

"¿Nervioso?"

Max estaba tratando de leer los pensamientos del mayor a través de sus ojos, Sergio podía sentirlo, de repente el pecoso no pudo soportarlo mas y rompió el contacto visual. Estaba a punto de darse la vuelta cuando sintió que dos manos fuertes pero suaves le agarraban las muñecas.

Los ojos de Sergio volvieron a mirar a los azul celeste del menor quien se encontraba a centímetros de él, mucho más cerca de lo que había estado en años, al mismo momento Max estaba pensando que estaba suficiente cerca como para contar cada una de esas adorables pecas que parecían no haber perdido nada de su poder mágico para volverlo absolutamente loco. Max estudió el rostro de Checo y notó algunas líneas más alrededor de sus ojos. Aun así, pensó, ciertamente no había perdido nada de su belleza juvenil, se volvería aún más hermoso si eso fuera posible.


(Como el buen vino 😉)

Mierda.

Max estaba perdido.

De nuevo.

Sergio no se encontraba para nada mejor, tenía ganas de pasar los dedos por el cabello cuidadosamente peinado de ese hombre y despeinarlo, de tocar esa tierna piel, de besar esos labios.

Confesiones a CarolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora