𝙊𝙣𝙚√

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Morgan estaba atrapada en Atlanta, una ciudad infestada de caminantes. Había llegado allí en busca de refugio, pero para su sorpresa, se encontró rodeada por los muertos vivientes en cada esquina.

Desesperada, Morgan corrió por las calles, buscando una salida, pero se encontró atrapada en un callejón sin salida. Los caminantes se acercaban cada vez más, su aliento putrefacto llenaba el aire.

En ese momento de desesperación, Morgan abrazó a la bebé que llevaba consigo, preparándose para el inevitable final. Pero entonces, un helicóptero pasó volando en dirección opuesta, atrayendo la atención de los caminantes.

Los muertos vivientes, confundidos por el ruido ensordecedor, comenzaron a alejarse poco a poco, siguiendo el sonido del helicóptero. Morgan aprovechó esa oportunidad y se alejó rápidamente del callejón, buscando un lugar seguro para ella y la bebé.

Con el corazón latiendo rápidamente, Morgan se adentró en las calles de Atlanta, evitando a los caminantes que aún quedaban dispersos. Sabía que no podía bajar la guardia, que debía encontrar un refugio seguro lo antes posible.

Corriendo fue poco atenta como para captar una mano que la agarro con fuerza tapandole la boca.
-No hagas ruido-susurro soltandola despacio

Para su sorpresa un chico con ojos asiáticos comenzaba a subir una escalera de mano haciendo señas de que subiera también.
Con una mano sosteniendo a la bebé, comenzo a subir, dudando si debería confiar.

-escucha, quédate aquí, yo iré a buscar a un tipo en un caballo -exclamó sin dar tiempo a respuesta.

Aun alerta, Morgan se sentó en el suelo, sabiendo que estaban mínimamente seguras en ese momento. Con ternura, acunó a su hermanita que había comenzado a llorar, buscando calmarla en medio de aquel caos.

Mientras la bebé se aferraba a ella, Morgan reflexionó sobre la falta de un nombre adecuado para su hermanita. Su madre, sumida en el dolor tras la muerte de su padre al comienzo del embarazo, apenas hablaba y no había tenido la oportunidad de idear un nombre para la pequeña.

Pero Morgan sabía que era importante darle un nombre, un símbolo de esperanza y un recordatorio de que, a pesar de todo, había vida y amor en medio de la oscuridad. Cerrando los ojos, se sumergió en sus pensamientos, buscando la inspiración necesaria.

-Lyra hermosa, te gusta tu nombre? -sonrió mientras acariciaba suavemente la mejilla de la bebé.

Pasados unos minutos, sonidos comenzaron a escucharse en la escalera, Megan se paró, poniéndose a alerta.

-Que estas haciendo, vamos! -grito a un hombre vestido de policía. El cual parecía bastante desorientado. -buena puntería Clint Eastwood, ¿eres el nuevo alguacil a caballo?

-No era mi intención-exclamó agitado

-Si bueno, sigues siendo un idiota

-Rick y gracias -exclamó ofreciéndole la mano

EMUNÁ - Daryl dixon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora