INVASORES

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Las estrellas brillaban con intensidad en el cielo del planeta Gliese-7, hogar de una civilización avanzada de alienígenas conocidos como los Glisianos. Era una noche tranquila, cuando de repente, una luz deslumbrante y gigantesca apareció en el firmamento. Los Glisianos observaron con asombro cómo una inmensa nave espacial se acercaba rápidamente a su planeta.

Zarok, un joven Glisiano con una gran curiosidad por los fenómenos espaciales, estaba en su observatorio cuando vio la llegada de la nave. Su corazón latía con rapidez mientras observaba cómo pequeñas naves se desprendían de la nave madre y descendían hacia la superficie de Gliese-7. El temor y la incertidumbre llenaron el corazón de los Glisianos, pues nunca antes habían tenido contacto con seres extraterrestres hostiles.

Las pequeñas naves comenzaron a lanzar rayos láser y proyectiles contra las ciudades Glisianas, sembrando destrucción y caos por doquier. Los alienígenas locales se organizaron rápidamente para defenderse, pero la tecnología y la fuerza de los invasores humanos eran abrumadoras.

Desde su observatorio, Zarok vio cómo la gigantesca nave madre aterrizaba en un área despejada del planeta. Una vez que las compuertas se abrieron, miles de figuras humanoides emergieron de la nave, avanzando en formación hacia las ciudades Glisianas. Sus armaduras brillantes y armas futuristas eran intimidantes, pero había algo más que sorprendió a Zarok: ¡eran humanos!

La asombrosa revelación llenó a Zarok de confusión y preguntas. ¿Cómo podía ser que los humanos, originarios de la Tierra, estuvieran atacando su pacífico planeta? ¿Qué motivos los habían llevado a viajar por el vasto espacio para emprender esta conquista?

Mientras Zarok contemplaba la escena desde su observatorio, una pequeña nave enemiga se aproximó a su ubicación. Instintivamente, se ocultó para evitar ser detectado. Desde su escondite, pudo escuchar las conversaciones entre los invasores humanos. Descubrió que creían que Gliese-7 era un planeta deshabitado y rico en recursos naturales que podían explotar para beneficio propio.

La tristeza y la rabia se apoderaron de Zarok mientras comprendía la avaricia de los humanos. Sabía que debía actuar rápidamente para proteger a su gente y a su hogar. Regresó a su ciudad natal y reunió a los líderes Glisianos para compartir su descubrimiento.

Con valentía y sabiduría, los Glisianos decidieron enfrentar a los invasores humanos, pero no con violencia. En cambio, eligieron comunicarse y mostrarles la belleza y la riqueza de su planeta, con la esperanza de que los humanos cambiaran su actitud.

Zarok fue designado para ser el embajador Glisiano en el encuentro con los humanos. Se presentó ante ellos con respeto y calma, explicando que Gliese-7 era un mundo vivo y que su conquista solo traería dolor y destrucción. Les mostró la majestuosidad de los paisajes y la diversidad de la vida Glisiana.

-Honorables invitados, líderes y representantes de los diferentes mundos presentes aquí, me dirijo a ustedes en este día histórico y trascendental como el embajador Glisiano, Zarok. Hoy, estoy aquí con el corazón lleno de esperanza y determinación para compartir un mensaje que va más allá de las fronteras de nuestros planetas y alcanza el alma misma de nuestra existencia.

En el remoto planeta Gliese-7, la vida florece en su máxima expresión. Nuestras tierras verdes y nuestros vastos océanos son hogar de una biodiversidad única y asombrosa. Somos una civilización que ha aprendido a coexistir con nuestra naturaleza y a respetar el equilibrio que sostiene la vida en este rincón del universo.

Sin embargo, nuestras vidas se vieron amenazadas cuando una gigantesca nave espacial entró a nuestro cielo y de ella emergieron pequeñas naves que atacaron nuestra superficie. Temimos por nuestras vidas, pero también por lo que consideramos sagrado: la armonía y el respeto hacia todas las formas de vida en nuestro amado planeta.

En ese momento, me di cuenta de algo fundamental: todos somos parte de un tejido cósmico, interconectados en este vasto universo. Nuestros destinos están entrelazados y nuestras acciones resonarán en el tiempo y el espacio. Cada decisión que tomemos tiene el poder de influir en innumerables vidas y en el destino de nuestra galaxia.

Hoy, ante esta asamblea de diferentes mundos y culturas, quiero compartir una visión de esperanza y cambio. Nosotros, como seres inteligentes, tenemos la capacidad de tomar decisiones que moldearán el futuro de nuestros mundos y las generaciones venideras. Debemos elegir con sabiduría y compasión, poniendo en el centro de nuestras acciones el bienestar común y la preservación de la vida.

Es hora de trascender las divisiones y los conflictos, de unir nuestras manos en busca de un futuro compartido, basado en el respeto y la colaboración. Nuestra diversidad es nuestra mayor riqueza, y cuando nos unimos, somos capaces de superar cualquier adversidad y alcanzar metas que parecían inalcanzables.

Mirémonos a los ojos, más allá de nuestras diferencias, y reconozcamos la hermandad que nos une como seres inteligentes en este vasto cosmos. Aprendamos del ejemplo de Gliese-7, donde los lazos de amor y respeto por la vida en todas sus formas nos han permitido prosperar y encontrar un lugar armonioso en nuestro mundo.

Recordemos siempre que nuestras acciones reverberan en el tiempo y en el espacio. Seamos guardianes de la vida, custodios de la paz y promotores de un futuro en el que todas las criaturas, ya sean Glisianos, humanos o de otros mundos, puedan florecer en armonía.-

Los líderes humanos se sorprendieron y, al principio, dudaron de sus acciones. Sin embargo, con el tiempo, algunos de ellos empezaron a ver la verdad en las palabras de Zarok. Los humanos también tenían entre ellos a personas que valoraban la paz y la armonía con la naturaleza.

Finalmente, los humanos decidieron retirarse y abandonar sus planes de conquista. Reconocieron la sabiduría y la grandeza del pueblo Glisiano, y acordaron establecer una relación de respeto y cooperación en lugar de dominación.

El encuentro entre Gliese-7 y los humanos dejó una profunda huella en ambos mundos. Los Glisianos aprendieron sobre la importancia de la diplomacia y la protección de su planeta. Los humanos, por su parte, aprendieron a valorar la vida en todas sus formas y a respetar el equilibrio de los ecosistemas.

Con el tiempo, Gliese-7 y la Tierra establecieron un vínculo de amistad y colaboración, intercambiando conocimientos y experiencias para el bienestar de ambos planetas. Zarok se convirtió en un símbolo de paz y entendimiento en toda la galaxia, recordando a todos que, en la inmensidad del universo, la empatía y la cooperación eran las herramientas más poderosas para construir un futuro mejor.

LOS CUENTOS DEL PASTOR VOL. 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora